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PUEBLA, Puebla.- La coordinadora de la Oficina para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, Xóchitl Gálvez, manifestó aquí que “estamos rebasados como país en varios temas”, por lo que urgió a llegar a acuerdos en temas estructurales y sociales, hacer de lado las diferencias en beneficio de la sociedad.
Al preguntarle sobre el reciente deceso de recién nacidos en Chiapas, agregó que además de la tragedia, el hecho se debe considerar como “un mensaje a la nación de que debemos ponernos de acuerdo en los temas sociales”.
En este caso, expuso que no sólo la capacidad hospitalaria es insuficiente en dicha entidad, sino que los médicos de la zona “son pasantes que sólo van un año a liberar su servicio y después se despiden del lugar”, lo que afecta de manera significativa a los habitantes de las comunidades marginadas.
Por otra parte, sobre el impacto que tendrá la apertura de fronteras para productos agropecuarios, en el marco del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), comentó que desde hace diez años se sabía que eso iba a suceder, sin embargo el país no se preparó y ahora deberá enfrentar el impacto.
De hecho, destacó que esto afectará en gran medida a los indígenas, quienes tienen en la agricultura su principal actividad. Si no se encuentra un acuerdo nacional para hacer frente a este conflicto y se dejan de lado las diferencias políticas, se tendrán efectos como el crecimiento de la migración.
“Como lo dije en Davos hace tres años, los pobres no se van a morir en su país de origen, los pobres van a migrar y por lo tanto se van a llevar sus problemas a los países ricos”, de ahí la necesidad de que se invierta en infraestructura, porque por muchos años se dieron “caridad y subsidios” a los pueblos indígenas.
Por otra parte, al impartir una conferencia en el marco del Primer Foro Internacional Diáspora Latinoamericana a Estados Unidos y Canadá, apuntó que de los cerca de 700 mil indígenas que han cruzado la frontera hacia la Unión Americana, se estima que 35.1 por ciento son mujeres, lo que significa un cambio importante en el comportamiento migratorio, sobre todo si se considera que antes quienes abandonaban sus comunidades eran campesinos jóvenes.
Este fenómeno, comentó, ha provocado que cada vez sean más los pueblos “fantasma” existentes en el país, pues debe considerarse que la mayor parte de quienes decidieron cruzar la frontera son oriundos de comunidades rurales con menos de 2 mil habitantes, en tanto que 20 de cada 100 migrantes son de Oaxaca, Hidalgo y Michoacán.
Xóchilt Gálvez destacó durante el foro -convocado por el coordinador nacional de las Oficinas de Atención a Migrantes, Mario Riestra Venegas- que los indígenas radicados en Estados Unidos suelen ser más responsables que quienes no hablan lenguas étnicas.
Y es que, ejemplificó, de acuerdo con un estudio elaborado sobre el tema más de 50 por ciento de ellos mandan remesas a sus familiares, mientras que en el caso de los no indígenas, sólo 26 por ciento lo hizo.
Aunado a lo anterior, comentó que de quienes partieron en 1999, la mitad de ellos regresó en el 2000 a cultivar sus tierras y se volvió a ir.
En cuanto a las cifras que mandan los indígenas, mencionó que el promedio por cada uno de ellos fue de mil 585 dólares anuales, mientras que los no indígenas enviaron mil 629 dólares, lo que no representa una variación significativa respecto de sus orígenes.