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GUATEMALA, guatemala.- El tráfico de drogas va en aumento, activistas y jueces son asesinados, ex paramilitares protagonizan violentas protestas y un ex dictador acusado de atrocidades contra los derechos humanos planea postularse a presidente.
La situación de los derechos humanos en Guatemala es la peor desde que en 1996 los acuerdos de paz terminaron con una sangrienta guerra civil, y algunos observadores temen que el país esté convirtiéndose de nuevo en un punto conflictivo en América Latina.
El país centroamericano es mucho más seguro de lo que era a principios de la década de 1980, cuando eran frecuentes los casos de estudiantes y activistas de derechos humanos que sufrían secuestros en vehículos de la policía secreta, a plena luz del día, y nunca se los volvía a ver.
Las ruinas prehispánicas y las coloridas villas indígenas siguen atrayendo hordas de turistas extranjeros, pero los recientes desaciertos de Guatemala preocupan al gobierno de Estados Unidos y a muchos de quienes recuerdan las atrocidades de la década de 1980.
“Ningún país en América Latina va retrocediendo a tal velocidad como Guatemala. Va a ser visto otra vez como una área problemática importante”, dijo Larry Birns.
, director del Consejo de Asuntos Hemisféricos (COHA), un grupo de estudios de Washington.