Enfrentamiento con guardias del Grupo Libraz
TORREÓN, COAH.- En la colonia Eduardo Guerra todos dicen saber de sed. En 1997 lo denunciaron. En 1999 también. Ayer -por tercera ocasión- los vecinos tomaron las instalaciones del Grupo Libra. Acusan a la empresa de ser la responsable del desabasto de agua potable.
Poco después de las diez de la mañana comenzaron a llegar a la avenida Séptima. Primero fueron dos señoras, luego las demás. Para las once aproximadamente 100 vecinos de la colonia Eduardo Guerra, bloquearon los accesos de entrada y salida del Grupo Libra.
Antes dieron un recuento de los hechos: el 20 de junio de 1997 los vecinos tomaron las instalaciones de la empresa por primera vez. Ese día consiguieron que el ahora ex alcalde, Jorge Zermeño Infante, les firmara un oficio donde se comprometía a solucionar el problema de desabasto.
Así lo dice el documento: “Se les ofrece que esta colonia tendrá normalizado su abastecimiento de agua durante el transcurso de este día y la noche, para que sus tomas domiciliarias reciban el líquido que bombearemos de la bomba número 19, la cual ha sido reparada”.
En el oficio aparecen las firmas de Jorge Zermeño Infante, Juan José Gómez, gerente en ese entonces del Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento (Simas) y como testigos: Ricardo Marcos Touche -propietario del Grupo Libra- y Jaime de Lara Tamayo.
Los vecinos muestran un documento más con fecha del 19 de abril de 1999. Y dice: “Siendo las cinco de la tarde, la Presidencia Municipal, representada por el contador público, Javier Gutiérrez Pesquera y el Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento, representado por Juan Rodolfo García, se comprometen a resolver el problema del suministro de agua potable en la colonia Eduardo Guerra en un término de tres a cuatro semanas a partir de esta fecha, mismo tiempo en el cual no se les cobrará el líquido que consuman en su domicilio”.
Han pasado seis años desde que las autoridades prometieron por primera vez resolver el desabasto de agua potable. La solución nunca llegó ni tampoco se dejó de cobrar el suministro. Por eso los vecinos, decidieron una vez más manifestarse en las instalaciones del Grupo Libra.
Cuando se les pregunta a las amas de casa si ya pidieron la ayuda del Alcalde, una de ellas responde: “es que Guillermo Anaya no atiende a la gente”. Y muestran un documento fechado el primero de abril de 2003, donde solicitan su intervención.
Las amas de casa dicen estar hartas de muchas cosas: de acarrear el agua de otras colonias para poder bañarse, con la que sobra hacen el quehacer y luego riegan los árboles o la echan al sanitario cuando es necesario.
Además los vecinos de esta colonia ya no duermen como antes. Ahora deben levantarse entre las cuatro y las cinco de la madrugada para llenar botes, tinas y tanques con agua, pues ésas son las únicas horas donde al abrir la llave sale líquido y no aire.
En el día no hay una sola gota de agua. Por eso los maestros de las escuelas de esta colonia, se ven obligados a dejar salir temprano a los alumnos. Y es que los niños no pueden utilizar los sanitarios ni mitigar la sed durante la hora del recreo.
Para las doce del medio día, después de contar una y otra vez los “milagros” que deben hacer para conseguir agua y cuidarla lo más posible, los vecinos toman otra decisión. Se acomodan en forma de valla para impedir la circulación vehicular de la avenida Séptima.
Durante la manifestación también surgen las anécdotas. Las amas de casa no logran olvidar cuando en 1997 el “Camarón” o el “Colorado”, les envió hasta soldados para desalojarlas a la fuerza de las instalaciones del Grupo Libra.
“Ese Pesquera es un poco hombre, ya lo tienen otra vez de director de los policías, pero que venga ahora también, total que si nos tira fregazos, cerramos los ojos y pensamos que son nuestros maridos los que nos pegan, bueno, aunque ellos no están tan gachos como ese ‘Colorado’ ”.
Entonces llegan dos patrullas, minutos después tres agentes de tránsito, luego Jaime Flores Ibarra, jefe de operación del Simas. El funcionario logra molestar a los vecinos al decirles: “necesito que se pongan de acuerdo porque unos dicen que quieren un chorrito de agua y otros que todo el día”.
Los vecinos se niegan a seguir hablando con él por considerarlo un empleado de segunda. Exigen hablar con Fernando Alatorre –gerente del organismo operador-, pero tampoco llega, en su lugar acude Raymundo Rodríguez, gerente técnico del Simas. Pero no logra convencerlos de retirar el plantón.
Y es que a pesar de que Raymundo Rodríguez se compromete a estudiar el origen del desabasto y a normalizar el suministro en 24 horas, los vecinos se muestran renuentes. Aseguran que siempre les dicen lo mismo y después de seis años ninguna autoridad les ha resuelto el problema.
Compromiso oficial
Alfonso Tafoya, secretario del Ayuntamiento, se comprometió a dar una solución a los vecinos de la colonia Eduardo Guerra: “vamos a restablecerles el servicio, ya Simas hizo un recorrido, técnicamente no sé explicar en qué consiste el problema, pero de antemano vamos a buscar un remedio”.
El Ayuntamiento, dijo, investigará el origen del desabasto y buscará los medios para brindarles una solución de manera definitiva. Respecto a la agresión que sufrieron los vecinos, dijo que los afectados deben interponer una denuncia en la Agencia del Ministerio Público contra quien resulte responsable.
“Nuestra injerencia es en el desbasto de agua, ésa es la problemática, que queremos llegar a una solución con ellos, tenemos la intención de hacerlo lo más rápido y mientras tanto vamos a quedarnos con ellos para que ya no haya más problemas con la empresa, definitivamente se equivocaron al agredirlos de esa manera”.