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Veranos como el de 2003 acabarán con glaciares en 10 años

Ginebra, (EFE).- Diez veranos tan calurosos y prolongados como el de este año y se habrán acabado los glaciares alpinos, advierte el experto suizo Wilfried Haeberli, de la universidad de Zúrich y responsable del Servicio Mundial de Observación de los Glaciares.

"Según los balances de masa realizados a finales de septiembre, los glaciares han perdido entre dos y cuatro meses de espesor en un año, lo que corresponde a un diez por ciento de su volumen total", explica el científico en declaraciones al diario suizo "Tribune de Geneve".

Haeberli duda de que un invierno especialmente abundante en nieves pudiera restablecer el equilibrio perdido: "Las precipitaciones invernales contribuyen en sólo un 30 por ciento al estado de los glaciares, las temperaturas estivales hacen el resto".

Desde 1850, los glaciares alpinos han perdido la mitad de su volumen y un 40 por ciento de su superficie, lo que ha llevado a los glaciólogos a realizar balances de masa anuales desde 1960 para mejor seguir su evolución.

Para establecer esos balances se mide el total de las precipitaciones caídas sobre los glaciares, cifra de la que se sustrae el volumen total de las aguas procedentes del deshielo.

Esas mediciones que terminan el 30 de septiembre de cada año, se realizan en catorce glaciares alpinos- de Suiza, Austria, Francia e Italia -escogidos como representativos.

Por lo que respecta a los doce meses entre octubre de 2002 y septiembre de 2003, el balance resulta realmente catastrófico, según Haeberli.

"Si hubiésemos predicho semejante fenómeno hace diez años, nos habrían tomado por locos", explica Haberli, según el cual la pérdida corresponde al doble de la máxima observada desde 1960, el quíntuple de la media anual entre 1980 y 2000 y diez veces más que la pérdida anual media del siglo XX.

Además de haber sido el más cálido en los Alpes desde que existen estadísticas al respecto (1753), el verano de 2003 fue excepcionalmente seco, y así no cayó un solo copo de nieve entre junio, julio y agosto.

Por otro lado, las nieves del pasado invierno llegaron muy cargadas de la arena del Sahara, fenómeno bastante habitual, pero el deshielo dejó en la superficie de los glaciares una capa de arena de color marrón, que absorbe especialmente el calor y acelera la fusión de las nieves.

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