Luego de la última guerra (agresión) que los dirigentes del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica justificaron, planearon y ejecutaron contra Iraq y después de las amenazas de intervención a países africanos, retoman fuerza los mutuos ataques entre palestinos y judíos, quienes en base al salvaje argumento del asesinato intentan hacer valer sus respectivos intereses y puntos de vista.
Sin la menor duda, podemos asegurar que estas acciones representan una de las grandes contradicciones de los tiempos modernos, al utilizar los adelantos científicos y tecnológicos para el mal, pues finalmente, el asesinato no puede ser justificado por ninguna de las propuestas propagandísticas que nos hacen a través de la prensa internacional.
Los últimos bombazos que los judíos han dirigido a edificios de viviendas familiares de palestinos son una muestra de la sin razón, mismos que son contestados por los palestinos conforme a sus posibilidades; ambos bandos constituidos por primos enardecidos por el odio y el rencor, dando vigencia a aquello de “ojo por ojo y diente por diente”.
Pero vale la pena hacer algunas reflexiones y encontrar respuestas a los “¿por qués?” del recrudecimiento del conflicto genocida (de ambos bandos) del Oriente Medio.
La primera está en el principio de que toda guerra representa un desgaste financiero importante para las fuerzas que la desarrollan, salvo para aquellos que reciben beneficios materiales al vender y hacer consumir el distinto armamento que se utiliza. Ante esta realidad, habrá que definir quiénes se benefician económicamente.
Para nadie es desconocido que la comercialización de armas bélicas es uno de los negocios más lucrativos, que ha permitido a naciones reactivar sus economías y de paso someter a los opositores a sus propios intereses. La diferencia la marca la publicidad y mercadotecnia de quien puede hacerla, que sigue aquel principio de la Alemania Nazi, con Gohebelz que afirmaba que: “de tanto repetir el mensaje, las mentiras se vuelven verdades”.
Así, los que administran los medios internacionales de comunicación se autoasignan el papel de “buenos”; los otros, los que quedan fuera del acceso, deben asumir el papel de “malos” en un teatro internacional bien armado, conforme a los intereses de los más fuertes y poderosos (demócratas y comunistas por igual han hecho jugosos negocios con la comercialización de armas).
La regla también se aplica para los vendedores clandestinos: unos lo hacen en “defensa de la justicia y la verdad” y dan apoyo a las naciones que “luchan por la democracia” vendiéndoles los artefactos de guerra (recuerde Nicaragua y su armamento adquirido a través de la CIA.) y otros, los oscuros y enigmáticos traficantes independientes de armas que quedan como los más puros “representantes del mal” (¿cómo y dónde adquieren esos artículos de cotizada venta?) ¿No le parece a Usted que todos son igualmente mal intencionados?
Establecer dominio mundial ha sido el sueño de reyes y dictadores en la historia del mundo, papel que ahora ha tomado el presidente de EUA, según denuncia hecha por Roberto Montoya en “El Imperio Global”. Alcanzar la dominación del mundo es, a todas luces, un firme propósito de George W. Bush, aunque se escude en la vendedora postura de su “lucha contra el mal”.
También el petróleo como fuerza energética y el posicionamiento geográfico para la ubicación estratégica de bases militares es un muy serio argumento para seguir alimentando la inestabilidad política y las irracionales matanzas que se dan en el Oriente Medio, que por cierto tampoco son una novedad.
Hoy día podemos decir que los múltiples conflictos entre árabes y judíos; judíos y palestinos y entre árabes que incluyen de paso a los libaneses, representan un grave recrudecimiento del salvajismo, basado en la ciencia y la técnica de la guerra y el manejo de intereses materiales en el medio internacional.
Le recuerdo algunas frases que reflejan mucho de las “verdades ocultas” y que se hicieron famosas en el medio diplomático internacional: “Creo que la política de los Estados Unidos debe ser apoyar a los pueblos libres que están resistiendo los intentos de dominación de parte de minorías armadas o por presión externa”, parte del discurso del Presidente Truman en una sesión de las Cámaras del Congreso en el año de 1947, base del auto impuesto mote de “policías del mundo”; “Los Estados Unidos no tienen amigos, sólo intereses”, atribuida a John Foster Dules, ex Secretario de Estado; “Multilateralismo (postura política de atención a temas de interés internacional) significa menos obstáculos para el movimiento de mercados” dicho por Cerdell Hull, Secretario de Estado de los EUA en 1941, que da un sentido estrictamente comercial al concepto que encierra la palabra.
Y hay otras más graves: “No me preocupa que Estados Unidos vaya a volver la espalda completamente a la ONU”, declarado por George Bush padre, durante su gestión, en referencia a alguna crisis diplomática en relación a la administración y mando en las fuerzas militares de seguridad del citado organismo; otra que por símisma refiere la intencionalidad de la autoridad civil de EUA, pronunciada por Elliot Abrams, ex Consejero, luego de la votación adversa que les ocasionó la pérdida de su asiento en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU: “Averiguaremos quéNaciones votaron contra nosotros”.
La historia del mundo está plagada de ejemplos de abuso de poder de naciones ricas sobre pobres; de despojos de territorios nacionales; de acuerdos de paz evidentemente injustos; de obligaciones económicas y comerciales impuestas en base al poder mismo y hasta la imposición de sistemas de gobierno.
El mundo no cambia y cíclicamente aparecen personajes que no muestran congruencia entre su discurso como líderes y las verdaderas intenciones que reflejan sus actos, dando actualidad a las disertaciones filosóficas y revisión de conceptos sobre bien, verdad, bondad, justicia y otros valores trascendentes.
Parece que estamos ante una nueva época de intento de colonialismo y dominio mundial, ahora con el uso de las posibilidades científicas y tecnológicas, aplicadas a la guerra y la violencia, que tienen los humanos del tercer milenio.
Este Diálogo está orientado a motivarlo a la reflexión; a invitarle al análisis de noticias, que sin duda habrán de continuar apareciendo sobre los temas tan delicados para todos nosotros como el caso del Oriente Medio y en general sobre el estado de inseguridad para mantener la paz mundial debido a las difíciles relaciones internacionales.
Lo invito a que nos capacitemos en el difícil arte de saber leer e interpretar la información que nos filtran a través de la prensa internacional, para formarnos criterio, que finalmente, hoy más que nunca, están presentes en ella las “verdades ocultas”. ¿Usted qué opina? ydarwich@ual.mx