Ayer se dio a conocer la convocatoria para la selección de los candidatos a diputados federales por el PRI; el registro de aspirantes será el 7 de marzo de las ocho de la mañana a las ocho de la noche y el proceso interno el 23 de marzo, de las ocho de la mañana a las seis de la tarde, mediante el sistema de voto individual y directo que se depositará en las urnas que se colocarán en diferentes puntos de la ciudad; Habrá una casilla por cada diez de las que se instalan en los procesos constitucionales y cada casilla contará con el quince por ciento de los boletas de votos de un proceso normal. Los precandidatos podrán nombrar representantes personales y la elección finalizará al terminarse los votos, o a las seis de la tarde. Al día siguiente se darán a conocer los resultados y a más tardar en tres días se declarará la validez de la elección y se entregarán las constancias de mayoría a los ganadores. De darse el caso de algún distrito en donde solamente se registre un precandidato, el comité estaría en condiciones de validar su precandidatura única y otorgar automáticamente la constancia de mayoría. Así de limpio dicen se desarrollará el proceso prisita, pero en realidad todo está orquestado para que en cada distrito gane el candidato oficial “palomeado” por el Gobernador. Ochenta años de mañas no se olvidan en tres años.
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Con relación al comentario anterior, los sesudos grillos que saben como se las gasta el PRI, aseguran que el escenario electoral de su proceso interno es un “teatrito” lleno de artimañas para hacer ganar al precandidato “bendecido”, y mencionaron algunas de ellas. Así por ejemplo: las casillas las instalan en lugares de difícil acceso para dificultar el voto de los ciudadanos comunes (que no son controlados a la hora de votar). Se entregan pocas boletas electorales, de tal manera que a los acarreados que votarán a favor del “aspirino” oficial, los llevan temprano a las urnas, y ya para las once de la mañana se terminan las boletas, impidiendo así que los ciudadanos no controlados que aún creen en los Santos Reyes, emitan su voto. Si ha esto se agrega la consigna que se da a los jefes de casilla y en general al aparato electoral de favorecer al candidato “oficial”, con ello se redondea el proceso fraudulento disfrazado de monja cartuja, que está muy alejado de la anunciada democracia del vapuleado tricolor.
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Igual que en Aguascalientes, cuando la administración panista prohibió a la comunidad “gay” la entrada a los balnearios; igual que en Monterrey cuando la administración panista prohibió el uso de minifaldas entre las empleadas municipales e igual que cuando “El Jefe Diego” se refirió a las damas como “el viejerío”, la actual administración panista de Torreón se ha mostrado en contra de la comunidad “gay” de este campanario a la que amenaza con sacar del municipio y no sólo a los que sean de corazón y obra sino también a los que parezcan, porque al decir del Alcalde “el que parece es” (o va que vuela.) Don Memo hace declaraciones en contra de los homosexuales, sin tomar en cuenta que también tienen derechos consagrados en la Constitución y que independientemente de sus tendencias, son personas que tienen derecho a vivir en Torreón, a trabajar y a producir. Qué hubiera pasado en Grecia en tiempos de los grandes pensadores si los gobernantes se hubieran andado con esas ideas. No se sabe quién aconseja al Alcalde, pero es notorio que le siguen haciendo falta asesores efectivos y no solamente personajes que inflan la nómina sin aportar nada bueno a cambio.
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Se comenta entre grillos profesionales, que el Secretario de Gobierno, Raúl Sifuentes, metió las manos e hizo hasta lo imposible para que el ex prisita Manuel de Jesús Landeros, ganara la elección interna como candidato del PRD por el sexto distrito; inclusive, dicen, que sin mucho disimulo el jefazo de Desarrollo Social, Miguel Riquelme entregó tres mil despensas para apoyar a Landeros. Finalmente no lograron su objetivo y el que resultó ganador fue el joven abogado Carlos Gómez Flores, quien fue apoyado a la hora de la votación por los numerosos seguidores de Paco Dávila, que por lo visto todavía tiene peso entre el electorado. Lo anterior demostró que el PRI gobierno del Estado al parecer no tiene el control en la ciudad de Torreón y que en las próximas elecciones el Sexto Distrito pudiera seguir en manos del PAN. Veremos.
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Con relación al Quinto Distrito que comprende parte de Torreón, Matamoros y Viseca, las cosas parecen estársele complicando al candidato impuesto por Saltillo, Eduardo Olmos Castro, el que según se está viendo no ha sido del agrado de todos los sectores, acrecentándose el divisionismo que ha permeado en la región. Las aguas andan tan revueltas, que a fines de la semana pasada se dejó venir de Saltillo el jefazo de PRI estatal, José Luis Flores Méndez , en abierto apoyo a la imposición de Lalito Olmos, al que le han hecho feitos desaires en algunas comunidades rurales. Como andarán las cosas que nuevamente se están animando a tirarse al ruedo para participar como precandidatos, Simón Vargas Aguilar, Carlos Román Cepeda y el ex alcalde Raúl Onofre, por aquello de que: “ a río revuelto, ganancia de pescadores” y se les pudiera hacer el milagrito.