“Tírenle al negro”, era un curioso juego de pelota en las ferias de antaño. Algo semejante esta ocurriendo en el juego de la polaca local: “tírenle a Anaya y a sus colaboradores”, parece ser la consigna salida de los truculentos pasillos del Palacio Rosa de Saltillo. Esto con motivo de las próximas elecciones a diputados federales, buscándo descalificar a la actual administración panista con la finalidad de facilitar el camino y la votación a favor de los candidatos priistas por el Quinto y Sexto Distritos de Torreón. Se comenta tras bambalinas que está corriendo abundante dinerito para lograr sus objetivos; de ahí que el Alcalde y su equipo de colaboradores tendrán que ponerse más avispados en sus declaraciones y en el manejo de la cosa pública, porque estando todavía “verdones” y faltándoles obras, se están poniendo “de pechito” facilitando a sus enemigos políticos el mencionado jueguito.
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Pudiera estar en puerta un nuevo problema para la administración que preside don Guillermo Anaya. Hasta donde se sabe, vecinos de la colonia Nueva California que siempre defendieron unos terrenos, porque autoridades pasadas les habían dicho que serían áreas verdes, se encontraron con la novedad de que el actual ayuntamiento los vendió y el comprador (según los enterados) fue el suegro del segundo regidor Jacinto Pacheco, quien puso una denuncia penal en contra de los vecinos por oponerse a que se quitaran árboles y jardineras que ellos habían colocado. Extrañamente, en forma rápida se libraron las órdenes de aprehensión en contra de los vecinos que solamente tenían el anhelo de contar con áreas verdes en su colonia. Llama la atención la celeridad que se dio en el Cabildo para cambiar el uso de suelo de las áreas verdes, la aprobación para la venta de terrenos y, por supuesto, la rapidez con la que se giraron las citadas órdenes en contra personas que por mucho tiempo trataron de hacer un jardín en áreas donde se les dijo que para eso estaban destinadas. Ojalá que las autoridades municipales aclaren este asunto cuanto antes en bien del prestigio de la naciente administración.
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De nueva cuenta se pone en el tapete de las discusiones lo referente a la colocación de antenas de telefonía celular, consideras por muchas personas como perjudiciales para la salud. El problema brincó en la colonia “Las Julietas,” en donde los vecinos habían logrado que la anterior administración municipal suspendiera la colocación de las torres metálicas por considerar que representaban un serio peligro para los vecinos. Curiosamente al inicio de la presente administración se reanudó la construcción de las mencionadas antenas, sin contar con un dictamen de las autoridades competentes a fin de garantizar que no habrá riesgos ni problemas de salud. Están a tiempo de hacer las pertinentes aclaraciones apoyadas en dictámenes de personas reconocidas como expertos en estos asuntos.
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Con el pomposo nombre de “Segundo Foro de Prevención del Delito”, se llevó a cabo ayer en conocido hotel una reunión que pretendía ser de lucimiento para el procurador Oscar Calderón Sánchez, pero por lo visto le fallaron sus organizadores; prueba de ello son los detallitos que saltaron a la vista: así por ejemplo, el jefazo policiaco, Javier Gutiérrez Pesquera, se salió echando chispas, porque a pesar de llevar la representación del Alcalde, no le dieron lugar en el presidium; tampoco al magistrado del Tribunal de Justicia en el estado, Jesús Sotomayor Garza, ni a los delegados de la Procuraduría de Justicia, Raúl Mario Mijares y José Luis Cuellar Robledo. Ante esta situación dicen, don Raúl Mario se la pasó contando chistes afuera del salón, y Cuellar Robledo anduvo pajareando para todos lados buscando que le dieran un asiento aunque fuera de tercera fila. También comentan que el alcalde de San Pedro, Emilio Bichara Marcos, llegó tarde y tampoco encontró silla, pero una alma caritativa le colocó una a la orilla de la primera fila, donde buena parte del tiempo permaneció con la cabeza agachada, y cuando se enderezaba no dejaba de bostezar, por lo que algunos de los presentes supusieron había tenido una noche de desvelo que durante el citado acto le estaba cobrando la factura, o bien porque el acto estaba aburridísimo. Vaya usted a saber.