Después de las recientes elecciones en las que el PRI demostró que “todavía las puede”, los gobernadores del tricolor que se sienten presidenciables iniciaron su “segundo aire”, dando “brazadas de pecho” a fin de lograr ser punteros al acercarse el 2006 y acaparar la atención a nivel nacional. Entre los que suenan y también sueñan, destaca Miguel Alemán Velasco, gobernador de Veracruz, que recientemente se “autodestapó” en simulada manifestación de simpatizantes. A éste le siguen los potrillos de peso: Alfredo Montiel, gobernador del Estado de México, y Natividad González Paraz, (este último considerado como la “estrellita política” del momento) por haber rescatado para el PRI el estado de Nuevo León. Los que de esto saben (y si no lo inventan), mencionan en la tercera línea al bat, a los gobernadores: Tomas Yarrington de Tamaulipas, Enrique Martínez de Coahuila y Manuel Angel Núñez de Hidalgo. En cuanto al jefazo coahuilense, en los círculos de la grilla se le considera habilidoso, pero falto de peso político en la cúpula del poder nacional. Sin embargo, también es cierto que poco a poquito, como dice la canción, ha venido haciendo sus pininos en las altas esferas, apoyado entre otros por el empresario Carlos Abedrop, quien le ha organizado en la capirucha del smog algunas reuniones con importantes iniciativos privados y personajes conocidos del los medios de comunicación; también se dice que nuestro gobe se esta “columpiando” con el ex presidente Miguel de la Madrid, quien calladito y a la sorda, tadavía tiene influencias en los círculos del tricolor. Sobre estas intenciones se comenta que en unos meses, o al inicio del proximo año, el Gobernador se lanzará con todo para hacer ruido en las alturas, pues su intención es cuando menos llegar a las semifinales, posición que le permitiría competir por obtener una secretaría de estado (siempre y cuando el PRI recuperara la sillota del águila), Por lo pronto don Enrique tendrá que preocuparse por mantener la entidad en calma, además de ser cuidadoso para no permitir que la actuación de algunos funcionarios ineficientes, que los tiene, le enturbien las aguas causando desprestigio a su administración bajándole sus posibilidades de “nadar en lo hondo”.
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Señor gobernador Enrique Martínez: a los torreonenses les preocupa la impunidad que se ha generado por la falta de aplicación de la ley en sonados casos en los que han intervenido conocidos “júniors”, “guaruras”, policías ministeriales y municipales. En todos estos casos ha quedado de manifiesto el proteccionismo de funcionarios estatales y municipales para impedir la aplicación del Derecho, mismo que debe estar por encima del influyentismo de que han hecho gala los presuntos responsables. La última burla a la comunidad la escenificó un hijo del procurador Oscar Calderón. Los hechos son de todos conocidos, pero llama la atención la negligente pasividad del Procurador y su intención de minimizarlos. Es obvio pensar que en un país serio, tanto los policías preventivos que incumplieron su deber al regresar el vehículo y soltar al detenido, así como los policías ministeriales que presionaron para que esto ocurriera, estarían tras las rejas a disposición de un juez, y obviamente el mismo camino habría seguido el “júnior” influyente que escudándose en el cargo del papá obstaculizó la justicia, ordenando a los ministeriales el rescate de su amiguito infractor. Tiene razón el presidente del Consejo de Seguridad Pública, Francisco de Urrutia, al señalar: “si ésto no es tráfico de influencias, entonces, ¿qué es”? Que bueno que en este asunto el Consejo de Seguridad este dando la cara exigiendo respetar las leyes para terminar con la impunidad. Mientras todo esto ocurre, sorprende y preocupa el silencio del gobernador Enrique Martínez, pues para mantener el orden, ante todo debe prevalecer es el respeto a la comunidad por parte de sus gobernantes .
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Para taparle el ojo al macho y como siempre ocurre, es probable que el hilo se romperá por lo más delgado buscando acallar a la opinión pública en torno a los hechos arriba comentados. Se dice que el procurador Oscar Calderón removerá al delegado de la Procuraduría en esta región, Raúl Mario Mijares, bajo el pretexto de que se tienen muchas quejas por la inasistencia del funcionario y porque ha filtrado información sobre todos los familiares y compadres que el Procurador tiene en la delegación Laguna. En el fondo la intención es la de traer de San Pedro a su cuatacho José Luis Cuellar Robledo en lugar de Mijares. Se dice también que para ponerle sabor al caldo y se olviden los desmanes del “júnior”, se hará entrega de equipo de oficina y se pondrán en marcha programas tendientes a incrementar la investigación de casos pendientes, o sea que al próximo delegado se le dará el apoyo que siempre solicitó Raúl Mario Mijares y que nunca obtuvo. Se comenta entre los iniciativos privados que el Procurador primero debería cumplir con su obligación consignado a los responsables, y después hacer los cambios que justificadamente se requieran.
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En su reciente visita que hizo a La Laguna el legislador Ismael Hernández Deras, se mostró cauto al hablar sobre los aspirantes a ocupar la silla que por ahora calienta Guerrero Mier; entre otras cosas manifestó que la designación de los candidatos del PRI debe salir de un proceso interno abierto, y aunque dijo respetar a Carlos Herrera en esta Comarca, dejó en claro que el industrial lechero tiene poco que hacer en la zona de la capital y en otras regiones del estado. El citado legislador sacó su bola de cristal y dijo que para mediados de septiembre se definirá la forma de elegir a los candidatos del tricolor; para el día último del mismo mes se tendría a los precandidatos y para noviembre al candidato a gobernador. También señaló que en el mes de enero surgirán los candidatos a diputados locales y para febrero los “aspirinos” a las presidencias municipales. Si las cosas son como menciona Hernández Deras, en menos de lo que canta un gallo se iniciará la rebatinga de los cargos de elección pupular que estarán en juego en el estado de Durango.