El gobernador Enrique Martínez está buscando darles una “amarradita” a los medios de comunicación. Recientemente envió al Congreso del Estado una iniciativa denominada “Ley de Datos Personales”, la que de ser aprobada (por la mayoría de los diputados prisitas que controla) obligaría a los periodistas y en general a los profesionales de la comunicación a presentar denuncias ante el ministerio público de “todos aquellos actos que puedan constituir delitos de los cuales se enteren al realizar su trabajo”. ¿Qué hay detrás de esta intención que dicen fue orquestada por el Secretario de Gobierno, Raúl Sifuentes? Obviamente, limitar y coartar el campo de acción de reporteros, articulistas, caricaturistas, locutores, comentaristas de radio, televisión y en general cualquier comunicador social, pues con esta ley se verían obligados a revelar sus fuentes de información, además de hacerle al adivino por aquello de que, sobre lo que escriban hoy pudiera constituir un ilícito. “mañana”. Así, el estado (léase el Gobernador con los medios) tendría un instrumento jurídico para atemorizar y en su caso amordazar a los comunicadores que no se han sometido al control gubernamental. De aprobarse la ley en los mal intencionados términos propuestos, constituiría un atentado a la libertad de expresión. Sobre ello es importante destacar lo señalado por el doctor Eduardo Berttoni, fiscal especial para la libertad de expresión de la Comisión de Derechos Humanos, quien advirtió que “si empieza a generarse una práctica que ponga en duda el anonimato de las fuentes, el periodismo saldrá perdiendo porque no habrá nadie que quiera colaborar en la investigación de los reporteros”. Cabe señalar que la ley es discriminatoria porque no se aplica a médicos, abogados, ministros de culto y otros profesionistas. Realmente preocupa esta intención del Gobernador que se daría en perjuicio de la información que a través de los medios recibe la comunidad. Ya estarás Lucerito.
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Entre los grillos que gustan del análisis polaco se dan dos versiones diferentes acerca de quien pudiera ser el ganador en las próximas elecciones para diputado federal por el Sexto Distrito con cabecera en Torreón. Unos consideran que el panista Flores Morfín pudiera repetir el triunfo, porque en esta ocasión los dos grupos panistas opuestos, el de Zermeño Infante y el de García Villa se unirán para echarle toda la carne al asador y retener en su favor el citado distrito; además estiman que los ciudadanos que votaron por el PAN y otros que se abstuvieron, saldrán a votar para rescatar el triunfo que consideran les arrebataron con pretextos legaloides. Por otro lado, son numerosos los que piensan que en la próxima elección el triunfo se dará para el PRI con Laura Reyes Retana o con cualquier candidato que se ponga, porque la gente está cansada de estos escenarios electorales y que difícilmente se tendrá una votación del 25 al 30 por ciento del padrón, lo que favorece a los priistas por el llamado “voto duro” o sea el controlado de sus militantes. Además, se da por un hecho que el Partido Verde Ecologista se sumará al PRI en alianza electoral, y en virtud de que al PRD le conviene que gane el PRI por aquello de que al partido del sol azteca se le asignaría otro diputado plurinominal, lo que no ocurriría si gana el PAN; con ello dicen, el partido tricolor tendría un aliado más con votos manipulados en su favor. Estas dos versiones son las que circulan. Usted lector podrá ir haciendo sus apuestas, que el tiempo dirá cuales grillos tuvieron la razón.
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Si hubiera sabido lo que le iba a suceder en La Laguna, el secretario de Agricultura, Javier Usabiaga, seguramente no habría asistido al Congreso de la Confederación Nacional Campesina que inició ayer en la Expo Feria de Gómez Palacio. Prácticamente le llovió en su milpita al “rey del ajo”, como también se le conoce, pues los delegados cenecistas del país no lo dejaron retirarse hasta que escuchara todos los reclamos que le tenían guardados. Hubo un momento en que parecía que las cosas se salían del orden, pues los campiranos comenzaron a subir al estrado para hablar con el Secretario, quien tuvo que levantarse por unos momentos al sentir la presión campesina, pero nuevamente un tanto nerviosón y pálido, se armó de valor y estuvo escuchándolos . La realidad es que la inconformidad y reclamos de los campesinos revasaron a los organizadores, pues llovían los “ajos” en contra del secretario, a grado tal que Eladio Ramírez intentó en varias ocasiones rescatarlo. Finalmente y después de tres horas, Usabiaga se retiró del evento sin ofrecer soluciones ni dar respuesta a los numerosos reclamos, dejando la impresión de que sobre los graves problemas que conforman el diario vivir de los campesinos, el secretario no conoce nada y que su experiencia empresarial está muy alejada de esta realidad.