Después de su cuarto informe de gobierno, al gobe Enrique Martínez le llovió feo en su milpita. Los dirigentes del sector privado de Torreón consideran que no ha respondido a las expectativas de los laguneros y que se sigue privilegiando a la capital del estado. Para el ex presidente de la Federación de Cámaras de Comercio, Rogerio Manjarrez Clenow, falta voluntad política para “ darnos las obras en la medida en que aportamos impuestos al Estado”. El presidente del Consejo Lagunero de la Iniciativa Privada, Roberto Rodríguez Cruz, fue contundente “yo creo que la participación del gobierno del Estado en obra directa aquí en Torreón es nula”. Por su parte el presidente del Centro Empresarial, Arturo Gallegos Salcido, señaló que en los rubros de obra pública e infraestructura aquí en la Laguna, la Coparmex lo calificó con un cinco. Francisco de Urrutia , presidente del Fideicomiso para la seguridad pública, externo que no es posible que el gobierno del Estado destine para seguridad en esta región la misma cantidad de hace cinco años. Las anteriores declaraciones revelan que al menos aquí en Torreón, no todo es miel sobre hojuelas como se pretende hacer creer, por lo que en estos dos años el Gobernador tendrá que apretar el paso concretando proyectos importantes que están pendientes en esta ciudad, como pudiera ser la modernización del centro de la ciudad, entre otros.
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Mal está quedando la pregonada “trasparencia”de la administración municipal panista. Las obras contratadas para la reposición de colectores en las que se involucra a la empresa “Jimsa”, propiedad del director de Desarrollo Urbano, Eduardo Jiménez Saracho, están dejando mal parado al alcalde Guillermo Anaya, a quien ya se le hizo bolas el engrudo tratando de explicar lo inexplicable. Para colmo, las recientes declaraciones del regidor panista Héctor Ramírez Berumen, presidente de la Comisión de Obras Públicas, sólo sirvieron para crear más desconfianza de los ciudadanos en sus autoridades , pues el jueves pasado EL SIGLO publicó una fotografía donde se ve un camion de “Jimsa” descargando material en uno de los colectores caídos; sin embargo el citado regidor, en lugar de reconocerlo, se pone a decir: “el camión podría haber pasado por el lugar” agregando en forma ramplona, que “el municipio no vigila vehículos de empresas” y en cuanto a la identidad del constuctor : “no lo conoce, ni tiene curiosidad por conocerlo”. Con esta desatinada respuesta, su función de regidor comisionado en obras públicas sale sobrando, y la comunidad vería con buenos ojos que le dejaran de pagar su sueldo que ciertamente no devenga. Todo este circo mal llevado y peor defendido pone en entre dicho la “tasparencia del cambio”prometida por la administración blanquiazul. Hasta ahora lo único que se observa claro es que si el director de Desarrollo Urbano, Eduardo Jiménez Saracho, o sus parientes, tienen interés de hacer negocios con el municipio, debería renunciar a su cargo y de pasada despejar las dudas que ya se generaron y que hacen se vean feitas las panistas autoridades de esta sufrida ciudad.
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La comunidad cultural se quedó esperando que el alcalde Guillermo Anaya los recibiera. Como es de todos conocido, un amplio sector del medio cultural y artístico sigue sin aceptar que Alberto González Domene sea el jefazo de la Dirección Municipal de Cultura. En días pasados un grupo de personas de ese medio se encontraron con el senador Jorge Zermeño Infante, quien les comentó “: que bueno que ya solucionaron todos sus problemas”, a lo que rápido le respondieron que no era así y que inclusive Anaya no los quería escuchar. Dicen que en ese momento el senador llamó desde su celular al Alcalde para concertarles una cita; ésta quedo pactada, pero llegada la fecha nuevamente don Memo les hizo el feo y los dejó plantados, comentándose que esta situación debe haber molestado a Zermeño, sobre todo ahora que ya se está empezando a mover para la gubernatura de Coahuila. Con esta actitud, parecería que Zermeño no es el gallo del Alcalde y por ello le pone piedritas en el camino. ¿Será?
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El jueves pasado, en ceremonia especial, el Gobernador perredista de Zacatecas Ricardo Monreal, le otorgó una distinción al padre José Rodríguez Tenorio, nombrándolo: “hijo predilecto de Zacatecas”; destacó sus cualidades de hombre sencillo y modesto, así como su larga trayectoria al servicio de los más pobres y desprotegidos en la Comarca Lagunera. Bien merecido este homenaje a quien muchos conocen como el padre “Pepe-grillo”, pues ciertamente nopuede negar que le gusta el ruido de la grilla y la polaca, pero no en su beneficio, sino para la realización de proyectos comunitarios. Su trabajo en Torreón es por todos reconocido.