En Coahuila se han venido encendiendo algunos “focos rojos” que reclaman la atención del gobernador Enrique Martínez. Aquí en la región, un empresario inmobiliario ha externado públicamente y en varias ocasiones su desconfianza en la impartición de justicia, presuponiendo influencias de “más arriba”. Señala serias irregularidades cometidas por el juez quinto de lo civil, Juan Gallegos Márquez, a quien acusa de haberlo emplazado con una demanda, y después en dos ocasiones con otras “mejoradas” sobre el mismo asunto, en franca violación al articulo 387 del Código Procesal Civil de Coahuila que en su parte conducente dice: “una vez que el emplazamiento se ha efectuado, la demanda no puede modificarse o alterarse. ¿De quién recibió consigna el juez para actuar de esa manera? Esto se ignora, pero tras bambalinas se comenta que el beneficiado con esta tropelía es el promotor de un fraccionamiento y campo de golf en esta ciudad, personaje del que se ha comentado apoyó la campaña del gobe Enrique Martínez, proporcionando computadoras y los esquemas de promoción, análisis, encuestas y demás. Por otra parte el citado empresario ha hecho gala pública de sus influencias con el secretario de Gobierno Raúl Sifuentes y con el mismo Gobernador. Extrañamente ni la administración municipal pasada de Salomón Juan Marcos, ni en lo que va de la actual que encabeza Guillermo Anaya se ha logrado que el citado empresario formalice en escritura pública las áreas de donación que corresponden al municipio por el mencionado fraccionamiento; comentando los que dicen saber, que en ello pudiera estar la mano del panista Ricardo García Cervantes por estar ligado con parentesco político con el empresario de marras. Se desconoce cuánto mar de fondo hay en estas cosas, pero la realidad es que nadie pone orden y con ello se confirman las influencias. El mencionado juez sigue muy quitado de la pena, comentándose que la demanda penal que interpusieron en su contra duerme el sueño de los justos y al Gobernador posiblemente nadie lo entera y se pone en entredicho la impartición de justicia en el estado.
Otro de los “focos rojos” en Coahuila es el inadecuado funcionamiento de los Centros Penitenciarios dependientes de la Subsecretaría de Prevención y Readaptación Social, a cargo de Jorge Luis Morán Delgado, surgido de los corrales del secretario de Gobierno Raúl Sifuentes y a quien recientemente la Comisión de Derechos Humanos de Coahuila, por conducto de su presidenta, Miriam Cárdenas, calificó de deficiente el funcionamiento de los Ceresos por la falta de proyectos y programas para la rehabilitación de los reclusos, pésima alimentación, desorden administrativo, falta de clasificación de los detenidos, etc., calificándolo con un cinco reprobatorio. Para colmo de lo anterior, el secretario de Seguridad Pública, Antonio Garza García, señaló recientemente que continúa el tráfico de drogas en los Ceresos de Coahuila. Mientras todo esto sucede, dicen que el jefe Morán Delgado en corto tiempo se ha convertido en hombre rico y de a de veras, señalando los enterados que recientemente estrenó una lujosa mansión en Saltillo con alberca y todo y que es feliz propietario de diversos carros de lujo de las mejores marcas. Los que de esto saben, señalan que se ha convertido en el Durazo coahuilense. Si estas cosas son ciertas, resulta lamentable que el Gobernador las ignore, porque desprestigian a su administración.
En esto de las campañas políticas para elegir diputado federal por el Sexto Distrito con cabecera en Torreón, ha llamado la atención que la candidata del PRI Laura Reyes Retana no se promocione por medio de pendones en los principales bulevares y avenidas, tal y como lo están haciendo sus contrincantes: el panista al que le arrancaron la nómina, Jesús Flores Morfín y el perredista Francisco Dávila que nuevamente acude a hacerle “mal de ojo” a la candidata priista. Los que dicen saber de los tejes y manejes de la polaca, aseguran que la estrategia de doña Laura es la de no promoverse abiertamente para no despertar al electorado, pues ya se ha visto que cuando los ciudadanos de este distrito salen a votar, lo hacen mayoritariamente por el PAN. Esta estrategia de campaña se fundamenta en la capacidad de movilización de sus militantes, es decir, en el llamado “voto duro” del PRI, que consideran sacará el triunfo de doña Laura, esto siempre y cuando se dé una votación en la que predomine el abstencionismo el día de la elección, como fundadamente esperan ocurra. ¿Le dará resultados al tricolor la estrategia de no agitar las aguas? Dentro de unas semanas habrá de saberse.