Verdades y Rumores
Para miércoles 17 de Diciembre
Entre los polacos de la región se tejen diversas conjeturas sobre la derrota de Carlos Herrera en su intención de ser candidato del PRI a la gubernatura de Durango; la mayoría coincide en que la Asamblea de Delegados fue un “teatrito” bien montado, inducido y controlado por el “colmilludo” gobernador Ángel Sergio Guerrero Mier, a quien si bien no se le da el arte de la administración ejecutiva, en cambio es un virtuoso del manejo de la grilla. La realidad, según dicen los enterados, es que a Carlos Herrera le metieron “gol” para no dejarlo llegar a la final, pues no era el “gallito” del Gobernador, quien temía que al ocupar la silla del Palacio de Zambrano, le destapara la “olla de los frijoles” que en manejo de dineros públicos y otras cosillas, generalmente suelen oler feo (recuérdense los casos Boheringer y Villegas). Por otro lado se dice que Herrera tampoco era de la simpatía del jefazo nacional del PRI, Roberto Madrazo, (Herrera se la jugó con Labastida y le hizo el feo al ahora jefazo del otrora invencible y en política eso no se perdona.) Con estos antecedentes aunados a que la clase política de la capirucha duranguense se muestra cerradona a los “extraños” laguneros, es que se orquestó el mencionado “teatrito”, cuyas últimas pinceladas se dieron en el rancho de ex gobernador Maximiliano Silerio Esparza, (por cierto irónicamente vecino a un rancho del propio Herrera) con la asistencia de los tres candidatos de Durango: Hernández Deras, Rosas Aispuro y Adrián Alanís, comentándose que estos dos últimos recibieron la consigna proveniente de Madrazo, para que “por debajo de la mesa” instruyeran a sus seguidores delegados a votar a favor de Hernández Deras. La estrategia del gobe Don Ángel, dicen, fue de sacar triunfador a Hernández Deras en votación apretada para simular democracia y de pasada calmar los ánimos del perdedor que se sentiría derrotado en “reñida” competencia. Fue así como en esta ocasión se perdió la oportunidad (si es que alguna vez existió) de contar en Durango con un gobernador lagunero.
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Como se había previsto, el pasado domingo en Torreón, la gente no salió a votar; predominó el abstencionismo por la inoportuna fecha navideña escogida para la elección extraordinaria y porque los ciudadanos están decepcionados y cansados de candidatos y partidos. La estrategia que llevó al triunfo a doña Laura Reyes-Retana, dicen fue dirigida desde las esferas del Palacio Rosa de Saltillo, caracterizándose por dos aspectos: no hacer ruido para “no despertar” al electorado y jugársela con todo en el acarreo de votantes el día de la elección. Ante el abstencionismo, la citada estrategia les funcionó, permitiendo que el gobe Don Quique sacara adelante a su candidata, quien después de dos feos tropezones ahora está saboreando las mieles del triunfo que le permitirán cobrar “gordo” en la sagrada nómina de la Cámara de Diputados. Aquí se hizo realidad aquello de: “el que persevera alcanza”.
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Por su parte los panistas, encabezados por su dirigente estatal José Martínez Valero y el candidato perdedor Jesús Flores Morfín, anunciaron una serie de denuncias buscando anular el proceso. Alegan acarreos, compra masiva de votos y la intromisión del Gobierno del Estado a través del secretario Raúl Sifuentes. Dicen tener diez videos con irregularidades cometidas el día de la elección, así como otras monerías. Los conocedores de estas grillas coinciden en señalar que difícilmente el PAN podrá probar que el PRI “repartió mucho dinero” para inducir el voto; además sus abogados electorales no dan una, dicen que por ignorancia jurídica y pecar de “ingenuos”. Por ello se piensa que este arroz ya se cocinó y que habrá “Laura” para rato. Por cierto, el que andaba triste y cabizbajo en las oficinas del PAN municipal el domingo por la noche, era nada menos que Don Memo, quien se salvó de las negras intenciones de un par de “paparazzos” laguneros -que afanados querían dejar constancia gráfica de su pesar- gracias a la agilidad de su buen amigo Fernando Gutiérrez, quien movilizó toda su humanidad para cubrir al jefe de la comuna. Del brazo, ambos hicieron un mágico mutis.
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El incumplimiento en la entrega de áreas verdes al Municipio por parte de Inmobiliaria Los Azulejos de Torreón, es la “punta del iceberg” de problemas mayores que enfrenta la ciudad en relación a esa empresa, que desarrolla un fraccionamiento y campo de golf por la carretera a San Pedro de las Colonias. De acuerdo a lo descubierto por uno de nuestros subagentes que husmea en los desordenados archivos del Registro Público, la Inmobiliaria obtuvo una licencia para fusionar los terrenos que son asiento del fraccionamiento Los Azulejos, en medio de irregularidades cometidas tanto en la Dirección de Obras Públicas del Municipio, como en el propio Registro Público. Según consta en la partida 1755, folio 182, del libro 43-B, Sección I, del 20 de marzo de 2001, la Inmobiliaria se ostentó propietaria de 99 fracciones de terreno que se fusionaron, pero sólo acreditó la propiedad de 47 fracciones (menos de la mitad), lo que significa un despojo e invasión del resto de los terrenos con la increíble complicidad de un notario público de la vecina Matamoros. No obstante lo anterior, la fusión fue aceptada e inscrita en el Registro Público “por órdenes superiores”, lo que asesta un duro golpe a la seguridad jurídica que debe garantizar el Registro y compromete el patrimonio de algunos compradores de buena fe a los que no se les escrituran los terrenos que pagaron y les dan puras largas.— Por la fecha de la inscripción, se entiende que las irregularidades se cometieron en la pasada administración municipal y en un momento en que era otro el Jefe del Registro, pero en todo caso corresponde a los actuales titulares aclarar el enredo y poner las cosas en su lugar, porque en el desarrollo de este tipo de proyectos se cifra y se califica el rango de nuestra ciudad en cuanto a calidad de vida y capacidad para recibir inversiones locales y foráneas. Al gobernador Enrique Martínez y al presidente Guillermo Anaya, les toca desactivar esta bomba de tiempo que si no se atiende va a estallar en perjuicio del desarrollo de Torreón y de quienes hayan comprado terrenos en el citado fraccionamiento con la intención legítima de invertir o con el deseo de construir su casa.