Aunque es verdad lo que sucedió en la Cámara de Diputados no es ninguna novedad, no por ello deja de ser una vergüenza legislativa el hecho de que los diputados no hayan sido capaces de estructurar una reforma que le permita al país salir de la parálisis gubernamental en la que se encuentra desde hace varios años; sobre todo porque, como es sabido, la irresponsabilidad de los legisladores tiene su origen más en cuestiones de índole política que financiera.
Lo anterior no significa que el presidente Vicente Fox y sus operadores políticos estén exentos de culpa. Sin embargo, el Ejecutivo federal cumplió en tiempo y forma mandando su proyecto de Reforma Fiscal y, al margen de coincidencias o divergencias, ese proyecto ameritaba una discusión seria y profesional, de manera que las modificaciones a esa iniciativa tuvieran un fundamento y una razón válidas y no simplemente, como aparece ante los ojos del pueblo, un capricho o una revancha política.
El propio Presidente ha admitido en otros momentos que el Ejecutivo propone y el Legislativo dispone. Pero esa afirmación implica que los diputados dispongan razonablemente sin asumir posiciones meramente políticas o actitudes populistas, pues la justificación de que se comprometieron a oponerse a un determinado impuesto (al IVA en medicinas y alimentos) no puede tomarse como justificación para rechazar un proyecto, porque ese punto es tan sólo uno de los muchos que se contienen en la citada iniciativa.
Lo paradójico es que aquellos diputados que piensan que están cumpliendo con su deber al rechazar cualquier iniciativa que contemple modificaciones a los rubros citados, se equivocan rotundamente, pues la mayoría del pueblo eligió a los diputados para que ellos estudien, discutan y aprueben lo que es mejor para el país, aún cuando en principio aquél no advierta las bondades de una medida, pues cuando se actúa correctamente los beneficios resultantes borran cualquier reproche que al principio pudiera existir y en ese sentido, llegaría el momento en que el pueblo agradeciera una actitud madura. Sin embargo, eso hasta ahora no ha sucedido.