Reuters
BRASILIA, BRASIL.-La policía brasileña ingresó ayer la sede del Congreso para expulsar a un grupo de furiosos empleados estatales que protestaban contra la reforma del sistema público de pensiones, creando un tumulto en uno de los ingresos al palacio legislativo.
La presencia de los policías, algunos de los cuales forcejearon con los manifestantes, impidió que un centenar de empleados públicos ingresara al Congreso, donde una comisión discutía el proyecto de reforma, que busca reducir beneficios que reciben los trabajadores al jubilarse, para recortar el déficit del sistema.
Una gran cantidad de empleados públicos se encuentra en huelga en Brasil para protestar contra la reforma, declarada prioritaria por el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
La tropa de choque de la Policía Militar detuvo en el Congreso a uno de los manifestantes, que fue esposado y llevado a una oficina de la Cámara de Diputados.
El Congreso había amanecido el miércoles con seguridad reforzada debido a las protestas contra la reforma. Diputados de la oposición, a través de altoparlantes, pronunciaron discursos de apoyo a los manifestantes.
"Este es un recinto público, tengo derecho a entrar ahí, derecho a manifestarme. Si se aprueba esta reforma voy a tener que trabajar siete años más (para jubilarme)", dijo la empleada pública Maria do Carmo, de 50 años.
El presidente de la Cámara de Diputados, Joao Paulo Cunha, dijo a periodistas que pidió la presencia de los efectivos policiales, pero para actuar fuera de la sede del Congreso. Sin embargo, admitió que los policías llegaron hasta donde estaban los manifestantes dentro del palacio legislativo.
La presencia de los manifestantes y de la policía en el Congreso, y discusiones entre varios parlamentarios, obligaron a suspender la sesión de la comisión, en la que también se produjeron incidentes debido a que un grupo de legisladores pidió que los policías abandonaran el Congreso.
A pesar de que se les intentó impedir la entrada, algunos manifestantes lograron burlar los controles y al grito de "traidores" y "luchemos" llegaron hasta las puertas del salón donde sesionaba la comisión. Pese a la suspensión, el gobierno espera que hoy el proyecto avance hacia su aprobación, una vez votado en la comisión especial que lo analiza.