Reuters
CARACAS, Venezuela.- La oposición venezolana anunció ayer el virtual cese del ya tambaleante “paro cívico” contra el presidente Hugo Chávez y el inicio de otro tipo de campaña para sacarlo del poder, horas después de concluir la primera misión en Caracas del llamado Grupo de Amigos de Venezuela.
Evitando mencionar claramente que el paro de 62 días sería levantado, los líderes de la protesta dijeron que se acordó ir abandonando la medida estableciendo horarios limitados de labor, para avanzar hacia una salida electoral de la crisis política.
“Hemos decidido, atendiendo una solicitud que nos ha hecho la comunidad internacional, establecer una nueva modalidad en lo que tiene que ver con el paro cívico nacional, como es el de llevar a cabo horarios restringidos a partir del lunes”, dijo Manuel Cova, secretario de la mayor sindical del país.
Cova, quien forma parte de una mesa de negociación entre el gobierno y la oposición para tratar de resolver el conflicto, dijo que están dejando a cada uno de los sectores que discuta cómo reabren sus puertas, pero no dio mayores detalles.
Los promotores del paro —empresarios, sindicalistas, políticos y organizaciones civiles de oposición— descartaron que la decisión constituya una derrota, argumentando que se logró captar la atención de la comunidad internacional y las vías para eventualmente ir hacia elecciones adelantadas.
“Conseguimos que se conformara un grupo de amigos, logramos que viniera (el Premio Nobel de la Paz) Jimmy Carter, descubrimos cómo el gobierno maneja las instituciones”, dijo por su parte Carlos Fernández, presidente de la mayor patronal, Fedecámaras.
Suavización pedida
La decisión se produjo un día después de que representantes del Grupo de Amigos de Venezuela —conformado por Brasil, Chile, México, España, Estados Unidos y Portugal— apeló al gobierno y a sus adversarios a que agotaran todos los esfuerzos para lograr una solución de consenso a la batalla política.
El paro ya había perdido paulatinamente fuerza a medida que miles de negocios y sectores completos la abandonaban por no poder seguir soportando su costo. La protesta no había recibido el apoyo del transporte, las grandes empresas mineras estatales y la administración pública.
La banca volverá el lunes a operar normalmente, luego de casi dos meses de cumplir horarios restringidos; las escuelas privadas y las universidades dijeron que también reanudarán sus actividades.
En tanto, se prevé que los supermercados, grandes centros comerciales y la amplia gama de franquicias reabran la próxima semana, tras adherir al paro que pretendía la renuncia del presidente y el llamado a elecciones anticipadas.
El paro también ha perdido fuerza en su principal bastión, la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), miles de cuyos empleados se sumaron en diciembre a la protesta y detuvieron casi por completo el corazón económico del quinto exportador mundial de crudos.
El gobierno, que califica a la oposición de “golpista”, ha despedido a más de 5,000 huelguistas de PDVSA y está llevando a cabo una radical reestructuración de la petrolera, que ha logrado ir reactivando lentamente su producción.
Firmas para sacar a Chávez
Pese al virtual cese de la protesta, la oposición dijo que no desmayará en sus intentos por sacar del poder a Chávez, quien llegó al cargo tras ganar con una abrumadora mayoría las elecciones de 1998.
Cuando Chávez cumpla hoy cuatro años de gestión, sus adversarios estarán firmando planillas en un esfuerzo por conseguir su salida y acabar con su proclamada “revolución” en favor de los pobres.
La oposición al militar retirado llamó a “El Firmazo”, un operativo nacional para recolectar firmas para diez objetivos, que incluyen una enmienda constitucional para reducir el mandato presidencial de seis a cuatro años y un referendo revocatorio del mandato de Chávez.
La coalición opositora Coordinadora Democrática organizó el evento luego de que el Tribunal Supremo de Justicia suspendió un referendo consultivo no vinculante marcado para el dos de febrero, sobre la renuncia voluntaria e inmediata del mandatario.
También se podrá firmar para desconocer a Chávez como presidente; para hacer referendos revocatorios del mandato de 48 diputados y suplentes del oficialismo en el parlamento; un referendo derogatorio de cuatro docenas de leyes aprobadas a fines del 2001 y para convocar a una asamblea constituyente.
Representantes del oficialismo han desestimado la acción y está organizando eventos en febrero a favor del gobierno.
Otros sectores “chavistas” más radicalizados dijeron que defenderán la “revolución” con las armas, si fuera necesario.
“Eso (El Firmazo) es un show para los imbéciles que los siguen a ellos, que van y firman (...) nosotros sí vamos a firmar en su tumba, en su tumba porque están en la lista”, dijo una mujer de una especie de milicia armada, llamada Carapaica, que dice contar con muchos miembros dispuestos a defender al gobierno.
“Nosotros permanentemente estamos en alerta y sí estamos preparados y sí estamos armados”, afirmó con su cara cubierta con un pasamontañas y acompañada con otras mujeres que portaban armas largas y estaban vestidas con los colores de la bandera venezolana, rojo, azul y amarillo.
La oposición propuso ante la mesa de negociación que impulsa la Organización de los Estados Americanos (OEA) un acuerdo para enmendar la Constitución que recorte el mandato presidencial de seis a cuatro años y acelere la convocatoria a un referendo revocatorio que obligaría a Chávez a dimitir, si fuera derrotado.
Esa propuesta se apoya en una salida sugerida por el ex presidente estadounidense Carter, que será discutida el fin de semana por Chávez y sus adeptos.
El gobierno no ha rechazado de plano esa propuesta, aunque Chávez ha reiterado en varias ocasiones que no dimitirá.