El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, realizó el martes una visita solidaria a Israel, una semana después de un ataque suicida palestino en un autobús de Jerusalén, e instó a no hablar de paz hasta que cese la violencia. (/i)
26 agosto 2003
JERUSALEN, (AP).- Bloomberg, un empresario devenido político, voló a Israel en su avión privado para una visita de un día. Su itinerario incluyó un paseo en un autobús en Jerusalén en la ruta del ataque de la semana pasada, en el que también murieron residentes de Nueva York.
Bloomberg, quien es judío y ha visitado Israel antes, dijo que deseaba "caminar por las calles y tomar los autobuses y mostrar que el pueblo de Nueva York está unido con el pueblo de Israel contra el terrorismo".
Cerca de un millón de judíos viven en Nueva York, una ciudad de ocho millones de personas, y representan un poderoso bloque de votantes.
El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, visitó a los sobrevivientes de un ataque suicida palestino el martes, diciéndoles que tanto los estadounidenses como los israelíes deben "sobreponerse y contraatacar" al terrorismo.
El ejército israelí ha matado a dos líderes de Hamas en venganza de un ataque suicida en que un palestino detonó una bomba la semana pasada en un autobús en Jerusalén, matando a 21 personas, entre ellos seis niños.
La violencia ha frustrado un plan de paz auspiciado por Estados Unidos, sin que se vislumbre la reanudación de conversaciones entre los líderes israelíes y palestinos para la retirada de tropas israelíes y la intensificación de drásticas medidas contra los extremistas.
Bloomberg no tenía previsto reunirse con altos funcionarios israelíes durante su visita de nueve horas a Jerusalén. Pero dijo que los israelíes, como todas las personas ante el flagelo terrorista, no tienen otra opción que responder.
"Uno no puede negociar cuando alguien le apunta a la cabeza con un revólver", dijo a los periodistas frente al hospital municipal, evocando la guerra encabeza por Estados Unidos contra el terrorismo después de los ataques del 11 de septiembre en Nueva York. "Uno tiene que sobreponerse y contraatacar", indicó.
En un hospital municipal, Bloomberg habló con una víctima de la explosión, Hana Nathansen, de 26 años, del estado de Nueva York, y su esposo israelí Metanya, de 27.
La pareja iba desde el pueblo de Netanya con sus tres hijas a bordo del autobús cuando ocurrió el ataque. Una de sus hijas, de 2 años de edad, falleció.