POR CECILIA AGUILAR ACUÑA
EL SIGLO DE TORREÓN
MATAMOROS, COAH.- En tiempo de tolvaneras, los habitantes de la ampliación del ejido Santo Tomás, dicen que “tragan” tierra y en época de lluvias, patinan entre los pantanales que se forman en sus calles.
Este sector de la comunidad se nota planificado, pues al contrario del sector más antiguo, donde sus calles forman estrechos callejones, aquí las vías son amplias, “es más cómodo vivir así, el problema es que no hay pavimentación y cuando no llueve, los carros levantan nubes de tierra... pero cuando vienen los torrenciales, ¡hay Dios, qué feo”, dice Luz Borrego de Hernández.
Y es que en estos días de lluvia, las calles del principal acceso se notan anegadas y una mezcla de lodo líquido salpica por doquier al paso de los automóviles. Los peatones no pueden evitar que sus zapatos se manchen del fango que pisan, “los carros se atascan y muchas veces no salen, se quedan atorados y ahí luego los hombres andan sacándolos con palos... siempre sucede”.
Luz considera que en la administración municipal actual, “quizá tengan mucho quehacer y no se den abasto con tantas necesidades que reclama la ciudadanía, pero lo que pienso es que al menos deberían realizar una obra que venga a remediar en algo esta problemática”.
Se refiere a que si bien es cierto que tanto el ejido Santo Tomás como su prolongación no tienen drenaje, -motivo por el que el Ayuntamiento no introduce la pavimentación en estas comunidades-, “no estaría mal que lo haga en las calles de acceso y así no invertiría tanto como si lo hiciera en toda la población”.
Luz recuerda que la promesa del presidente municipal, Felipe Medina Cervantes, fue que introduci-ría el drenaje en el ejido, “pero no se ha visto movimiento alguno... ya ni da coraje, pues es sabido por todos que cuando andan en campaña, prometen hasta lo que no...”.
Ella y su marido venden chicharrones todos los domingos. El caso donde doran la piel del cerdo lo colocaron en el pórtico de su vivienda, “siempre nos ponemos afuera, solamente que mire, -señala hacia una carretera enlodada- cómo vamos a vender nuestro producto en medio de tanta suciedad”.
La familia de Luz dice estar molesta porque pese a que viven cerca de la cabecera municipal, parecieran estar alejados de la civilización, “pues aquí parece un rancho enlodado o polvoriento, según la temporada, es el grado de afectación, pero tanto la tierra como el lodo, son un problema para todos nosotros”.