B U R B U J I T A S
Por Moisés Rodríguez Escobedo
-¿Por qué sigue descompuesto el reloj público?
Don Eusebio, el psicólogo, afirma que al negarse a autorizar una partida para la reparación del reloj, se está manifestando el subconsciente colectivo del Cabildo, ya que al continuar inmóvil el reloj principal, los señores de la política creen que el tiempo está detenido y en consecuencia, el final del trienio jamás llegará.
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Qué triste suerte la de mi compadre Agapito, votó por Fox con el coco completamente lavado; el tres de Julio de 2000, ya se sentía propietario de un changarro y su recién nacido espíritu empresarial se le fue diluyendo entre los dedos al darse cuenta que el señor de las botas le había jugado el dedo en la boca. Próximo a cumplir los sesenta abriles, solicitó una pensión en el IMSS y le dijeron que ahí no tenía ninguna cotización, que se fuera a echar pulgas a otra parte. Fue a un asilo para ancianos a pedir posada, la recepcionista con sólo verle la facha, le dijo con voz agria que ahí no era beneficencia pública, que ahí se cobraban mil ochocientos pesos mensuales por alojamiento y comida. La noche del 15 de Septiembre, acompañé a mi compadre Agapito a ver televisión, cuando apareció Fox gritando desaforada y repetidamente “Viva México”, un zapato hizo blanco en el cristal de la pantalla haciéndola explotar. Ya no escuchamos “Vivan los Acuerdos” porque sólo humo salía de la caja idiota, sólo humo como el changarro prometido por el candidato Fox
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El triunfo electoral del doctor Medina significó el derrumbamiento del cacicazgo campesino, y lógicamente, la primera acción del nuevo Alcalde fue el desmantelamiento de las añejas estructuras fabricadas por el profesor de Coyote. Caras nuevas sustituyeron las viejas caras. La reacción de los desplazados ha sido airada y es comprensible porque verse privados de sus privilegios fue un sacudimiento que les cimbró brutalmente los bolsillos. Y en esa sucia guerra de anónimos, rumores y golpes bajos, cobardemente se utiliza el limpio nombre del profesor Fidencio Treviño Maldonado para golpear al Alcalde. El doctor Medina está obligado a desempeñar, no una buena sino una magnífica gestión administrativa para impedir que los viejos lobos regresen triunfalmente. El Alcalde no debe permitirse el lujo de cometer errores que serán capitalizados y magnificados por sus contrincantes políticos, ni debe confundir con enemigos políticos a gentes con verdadera vocación de servicio, como por ejemplo, Paco de León, ex Comandante de Bomberos.