BURBUJAS
Por Moisés Rodríguez Escobedo
Antes de iniciar mi rollo, me pongo de pie y me quito el sombrero para aplaudir a los diputados federales del PRI, PRD, PT, CONVERGEN-CIA Y PVEM por haber mandado por un tubo la propuesta del presidente Fox y de la profesora Elbazul Gordillo de aplicar el IVA a alimentos y medicinas.
Derrotada ya la febril, obstinada y esquizofrénica obsesión del presidente Fox de aplicar el IVA a alimentos y medicinas, al transporte público, a las colegiaturas, a los libros y a los periódicos con el pretexto de que su gobierno está urgido de fondos para combatir la pobreza, en mi carácter de cuarto vocal de la asociación de jubilados sin pensión, cité a los tres agremiados a una asamblea general en nuestro domicilio social, allá por el rumbo de los arenales del indio.
Después de acaloradas discusiones entre mis compadres Agapito y Epigmenio, Felipe “El Tránsito” y el de la voz, acordamos por unanimidad presentar una propuesta de reforma fiscal de siete puntos con la que el Gobierno Federal tendrá sorprendentes ahorros en su gasto corriente e ingresarán a sus arcas millonadas de pesos.
1. Que el sueldo mensual de los gobernadores sea de sesenta mil pesos como el del jefe de gobierno del D. F.
2. Que las toallas y las sábanas de las cabañas de Los Pinos se compren en Tepito.
3. Que regidores y síndicos de los Ayuntamientos reciban un salario idéntico al de un profesor y que los alcaldes tengan sueldo de director de escuela primaria.
4. Que todos los empleados de la CFE paguen sus consumos particulares de electricidad.
5. Que los burócratas del IMSS reciban un aguinaldo igual al de los viejitos pensionados.
6. Que todos los servidores públicos (uniformados y no uniformados) paguen IVA por todo soborno que reciban.
7. Que Carlos y Raúl Salinas, Ernesto Zedillo, Rogelio Montemayor y Óscar Espinosa Villarreal, devuelvan lo que se llevaron.
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¿Cuándo llegará un anarquista y atrevido líder social que invada los locales comerciales y las casas-habitación de los latifundistas urbanos?
¿Cuándo llegará un inspector de hierro de Plazas y Mercados que meta en cintura a los comerciantes abusivos “del centro” que impunemen-te invaden las banquetas con sus mercancías?
¿Cuándo llegará un inspector incorruptible de Alcoholes que encabece la batalla contra los vinateros clandestinos?
¿Cuándo llegará un responsable inspector de Ecología que impida que los comerciantes “del centro” armen tremendo escándalo con las bocinas de sus tocadiscos en las puertas de sus negocios?
¿Cuándo llegará un inspector de PEMEX para analizar los combustibles que nos venden los gasolineros?
¿Cuándo llegará un inspector del IMSS para sancionar a los patrones que no afilian a sus trabajadores?
Y como dijo don Teofilito: “No han llegado... ni llegarán”.
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Estoy contento porque el reloj público está funcionando, ha vuelto su tic-tac. Siento en el pecho un suave calorcito al ver que sus manecillas están cambiando de posición constantemente. Ha vuelto mi orgullo matamorense al ver mi reloj resucitado. Poco me importa que dos refranes populares traten de enfriar mi ánimo.
“El que mucho mal padece, con poco bien se conforma”.
“A todo lo llaman cena, aunque sea taco de sal”.