Reuters
BAGDAD, IRAQ.- Decididos a luchar por la victoria y dispuestos a entregar la vida, cientos de árabes voluntarios están llegando a Iraq para tomar parte en una eventual guerra contra Estados Unidos.
Cientos de autonombrados “atacantes suicidas” de países árabes están entrenando en un campo militar de las Tropas Especiales de Iraq cerca de Bagdad y tienen la esperanza de unirse a las fuerzas iraquíes para luchar contra cualquier invasión militar liderada por Estados Unidos.
Con idelogías que van desde un nacionalismo árabe hasta un fundamentalismo extremo, comparten dos cosas: su odio hacia Estados Unidos y su dispocisión a entregar la vida.
Haciendo a un lado las acusaciones de que Bagdad está dando asilo a militantes de la red Al Qaeda, las autoridades iraquíes llevaron ayer a periodistas a una base militar cerca del poblado de Mashtal, a 25 kilómetros de Bagdad, y les dejaron ver a los voluntarios.
“Llegamos a Iraq para defender a nuestros hermanos iraquíes, para defender el Islam y nuestro honor. Nos vamos a quedar aquí hasta la victoria o el martirio”, dijo Abdul-Halim Jamous, originario de Siria, antes de comenzar sus ejercicios militares.
Los atacantes suicidas, que aseguran ser cientos, visten uniformes militares y muchos conservan sus largas barbas, signo de su fundamentalismo.
Los voluntarios están llegando desde Arabia Saudita, Libia, Siria, Líbano y Túnez.
Las más de dos decenas de voluntarios que toman parte en los ejercicios disparan contra blancos fijos con fusiles de asalto y amtrelladoras.
Los entrenadores de las Tropas Especiales les han enseñado también a disparar granadas y bombas ligeras desde morteros.
“Las Tropas Especiales nos están enseñando a pelear para convertirnos en atacantes suicidas”, dijo Yacoub al-Kintar, un voluntario de Siyria.
Algunos voluntarios se dicen nacionalistas y llegaron a Iraq animados por el sentimiento árabe de hermandad, pero la mayoría parece haber llegado bajo la ifluencia del fundamentalismo musulmán.
“Este país ... nuestros países son islámicos y árabes, no reconocemos fronteras. Vinimos a pelear con los infieles y, si Dios lo quiere, a convertirnos en mártires”, dijo un voluntario de Túnez que prefirió no dar su nombre.