Madrid, (EFE).- Gonzalo Díaz, un enfermo de obesidad mórbida que hace justo un año se sometió a una reducción de estómago, asegura que ha adelgazado 90 kilos y que el día en que pasó por el quirófano "volvió a nacer".
Díaz, de 45 años y padre de tres hijos, dijo a EFE que aquellos 214 kilos que le obligaron a permanecer varios meses a la espera de que el hospital Gregorio Marañón de Madrid recibiera una mesa quirúrgica adecuada para soportar su peso, son ya "historia", como también lo es la talla 86 de sus pantalones, la máquina de oxígeno que le permitía conciliar el sueño durante unas horas y la ayuda incondicional de su esposa, "de la que dependía para todo".
"Asearme solo, conducir y, sobre todo, coger en brazos a mi nieta de tres años" son "razones" más que suficientes para que este enfermo de obesidad mórbida no dude en "animar" a las personas que pesen más de 180 kilos a que "se metan de cabeza" en esta "delicada" operación, para la que "hay que estar preparado psicológicamente", advierte.
Pendiente de una nueva intervención de hernia de estómago y reducción de piel, lleva con "mucho esfuerzo" la dieta "particular" que ha establecido con su endocrino.
"Me operaron de la tripa. No de la cabeza. Y tengo mucha hambre", reconoce Gonzalo, quien ansía que la báscula en la que se pesa casi a diario llegue a marcar cien kilos y entonces, dice, "voy a parecer un chaval".
Sin embargo, no tiene prisa. "Voy poco a poco porque estoy mucho mejor que hace un año y eso para mí es suficiente", asegura este vecino de Torrejón de Ardoz, localidad próxima a Madrid, que regenta, junto a su esposa, una tienda de alimentación.
Recuerda que cuando ingresó en el Gregorio Marañón tenía 18-11 de tensión, que bajó hasta 14-7 unos minutos antes de entrar en el quirófano dos días después, "lo que demuestra lo muy relajado que estaba y las ganas que tenía de operarme", subrayó.
Gonzalo, que viste ahora pantalones de la talla 64, se ha fijado como meta adelgazar otros 25 kilos y, "si Dios quiere", lucir el tipo en una playa el próximo verano.