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Vuelve a ver a sus hijos

Juan en compañía de sus seres queridos regresará a Nazas, Durango

TORREÓN, COAH.- El domingo fue el reencuentro más especial y emotivo, Juan, Daisy y Bryan de 12, diez y nueve años volvieron a ver su papá después de cuatro años. Cuando los niños entraron a la habitación de ultrasonido y ginecología del Hospital General la escena llena de amor provocó que los presentes soltaran el llanto mientras veían como estos pequeños abrazaban y besaban a su padre que con dificultades dibujó en su rostro una sonrisa para demostrar su alegría.

En los últimos cuatro días la vida de Juan Domínguez Mendoza de 32 años de edad originario de Nazas, Durango está llena de reencuentros, desafortunadamente para él, las lesiones sufridas en un trágico accidente automovilístico le impiden que de sus labios salgan las palabras que tanto desea expresar.

Los tres pequeños que ahora abrazan y besan a su padre irradian felicidad por tenerlo de vuelta con ellos, aunque Juan hace un esfuerzo para avanzar en su recuperación, pero las secuelas de aquel percance le impiden hablar y mover la mayor parte de su cuerpo.

Ahora que está de regreso a casa, el inmigrante tiene muy cerca a sus tres grandes amores, estos niños es lo que impulsan a Juan a seguir adelante para lograr una recuperación que le permita valerse por sí mismo.

En 1999 Juan viajó por enésima ocasión como inmigrante a Estados Unidos, meses atrás su matrimonio se había desintegrado, sus tres hijos quedaron bajo el cuidado de sus padres, don Andrés y doña Rufina, él tuvo que viajar al norte para ganar dólares y poder mantener a su familia.

El viernes después de cuatro años regresó a su tierra natal, el último año y dos meses estuvo internado en el Hospital General de Denver, Colorado, aunque el pronostico de los médicos no era esperanzador, Juan tiene una recuperación sorprendente.

La familia tiene la esperanza de que en el hogar logre recuperarse lo más posible, los pequeños siguen abrazando y besando su padre, don Andrés y doña Rufina siguen llorando, tías y primos siguen el ejemplo, la habitación está llena de un ambiente especial, el amor de la familia Domínguez está presente.

Ayer lunes toda la familia estaba inquieta, los doctores les habían insinuado que en los próximos días darían a Juan de alta para que se lo lleven a su casa en Nazas, Durango, ellos no se sienten preparados para dar este paso, quieren conseguir apoyos, necesitan una cama y un colchón especial para el enfermo.

“Es una chulada..., que bonito..., gracias a Dios”, dice don Andrés, quien aplaude de emoción cuando se entera que la Dirección de Salud Municipal autorizó la donación de una cama de hospital y un colchón de cáscara de huevo para Juan.

A las 11:00 horas el estado de ánimo de la familia Domínguez cambió, se ponen de acuerdo y piensan que otra dependencia les puede apoyar para la manutención de Juan, la enfermera llega y sobre la mesa de la habitación pone tres vasos desechables, dos contienen jugos y el otro agua, es la hora de la comida y ese es el alimento del paciente.

“Ahorita regreso para decirles como darle de comer”, dice la enfermera que se retira de la habitación, don Andrés está ansioso por transmitir sus conocimientos, él sabe como atender y cuidar a su hijo, no espera a la asistente y presto asea la jeringa y la conecta a la sonda, pide que le acerquen la comida y empieza a alimentar a su hijo, vacía el jugo a la jeringa y espera que el líquido corra por la sonda, después coloca otro poco, ahí están sus familiares, atentos viendo todos los pasos que tienen que seguir.

No cabe duda que Juan está feliz, estar rodeado de sus seres queridos le renovó sus ganas de salir adelante, su rostro está rígido, no tiene expresiones, sus ojos y el poco movimiento de su mano le sirven para comunicarse.

“Te pongo una cerveza hermano”, dice Edy Humberto Mancinas, primo político del enfermo, Juan mueve la cabeza de arriba a bajo para contestar que sí, la pregunta y aún más la respuesta provoca gracia entre los ahí presentes.

“Ponte la cachucha que ya nos vamos”, agrega Edy, mientras coloca una cachucha en la cama, Juan toma la gorra y después de hacer dos intentos logra ponérsela en la cabeza.

Estas y algunas otras respuestas infunden a la familia una luz de esperanza, todos están dispuestos a poner su granito de arena para ayudar a Juan en esta difícil rehabilitación, “él se parece a su papá, es muy tranquilo y le gusta ayudar a la gente”, dice doña María de la Luz, tía del inmigrante mientras acaricia la cabeza del pequeño Juan de 12 años.

Los tres niños tienen que salir de la habitación, los doctores llegaron a aplicarle un medicamento a su papá, están ansiosos de llevarlo a su casa para ayudar a cuidarlo, Daysi contesta con una sonrisa inocente cuando le pregunta si ella va a cuidar a su padre “sí” dice mientras se retuerce un poco apenada.

Posiblemente el día de mañana Juan partirá de regresó a Nazas, Durango, la familia está optimista, piensan buscar apoyo en la presidenta del DIF estatal, mensualmente tendrán que viajar a Gómez Palacio para que el neurólogo examine la evolución del enfermo y las válvulas que trae en la cabeza, los Domínguez buscarán que la esposa del Gobernador les condone este seguimiento médico.

Parece que todo está listo, la familia alista maletas y Juan se prepara para un reencuentro más, su familia y amigos lo esperan en el pueblo que lo vio crecer.

Antecedentes

Provenientes del Hospital General de Denver, Colorado, el viernes 12 de septiembre a las 14:00 horas al aeropuerto internacional Francisco Sarabia llegó un jet privado, una moderna ambulancia área estadounidense que trasladó a dos mexicanos, a continuación su historia:

· En 1999 Juan Domínguez Mendoza viajó a Estado Unidos de ilegal, hacía unos meses su matrimonio se había desintegrado, dejó al cuidado de sus padres a sus tres hijos y emigró en busca del “sueño americano”.

· El 28 de julio de 2002 sufrió un accidente automovilístico que lo dejó en estado vegetal, de ese día a la fecha a logrado avanzar en su rehabilitación gracias al cuidado de su padre y de los médicos del Hospital General de Denver, Colorado.

· A los pocos días del accidente don Andrés viajó a Estados Unidos con un permiso humanitario que le otorgó el vecino país del norte para que cuidara de su hijo, desde ese día no se separa ni un minuto.

· En la central aérea los recibieron dos ambulancias del Hospital General de esta ciudad, el inmigrante regreso al país después de permanecer internado en el nosocomio de Denver, Colorado durante un año y dos meses.

· Muy posiblemente el día de mañana sea trasladado al municipio de Nazas, Durango, donde viven sus padres.

FUENTE: Investigación El Siglo de Torreón.

Los donativos

La Dirección de Salud Municipal se comprometió a donar una cama de hospital y un colchón de cáscara de huevo para Juan, la familia Domínguez abrió una cuenta de banco para recibir donativos de la sociedad en general.

· Banamex 5177-9501-2681-1092 o al teléfono 7-21-56-41.

· Y en el domicilio de calle Texcoco número 364 de la colonia Francisco Villa.

FUENTE: Investigación El Siglo de Torreón.

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