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Vuelve con nuevos bríos

Agencias

México, DF.- Los ojos del actor Daniel Day-Lewis brillan con luz especial cuando se le pregunta su opinión sobre el director Martin Scorsese, con quien en 1993 filmó The Age of Innocence, y el último año la multinominada Gangs of New York.

“Decir que es un ‘genio’ no es suficiente. El talento que tiene Marty -como le dicen muchos en la industria- está cerca del que tuvieron artistas tan grandes como Miguel Ángel, Picasso, o Van Gogh. Para mí fue un honor trabajar nuevamente con él”.

Así, con sencillez y franqueza, responde el actor inglés nacido en 1957, minutos antes de ingresar al almuerzo especial con el que todos los años la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Hollywood celebra a los aspirantes al Oscar.

Alejado de toda actividad fílmica y teatral por más de dos años, espacio introspectivo durante el cual se dedicó a examinar su vida, Day-Lewis asegura que nunca tuvo la intención de alejarse del cine para siempre. “Toda esa historia fue inventada por los periodistas”, dice sonriente.

“Lo único que hice fue salirme por una breve temporada de este negocio. Quería volver a sentir el ritmo que tuvo mi vida antes de ser actor. Era algo que extrañé mucho y no deseaba quedarme atrapado para siempre en este mundo de fantasía. Me gusta mi trabajo, pero también quiero seguir evolucionando en términos humanos.

Cuando tomé la decisión de hacer un alto, todos mis amigos creían que estaba bromeando. Pensaron que estaba loco cuando les dije que tenía ganas de trabajar como un obrero, tener una vida simple, normal. Cuando lo hice, se dieron cuenta que estaba hablando en serio. Mis agentes tampoco estuvieron muy de acuerdo conmigo”, sonríe una vez más. “Creían que no podría recuperar nunca el impulso que tenía mi carrera. Afortunadamente estaban equivocados. El tiempo que estuve lejos del cine fue muy positivo para mí, porque me permitió estar libre en el momento que recibí la invitación para ser parte de Gangs of New York”.

Grandes posibilidades

Considerado, junto con Jack Nicholson, el favorito para obtener el Oscar al Mejor Actor este año, Daniel Day-Lewis vio incrementarse aún más sus posibilidades luego de llevarse los máximos honores en la ceremonia organizada por el Screen Actors Guild (SAG).

Para quienes conocen de cerca los mecanismos sobre los que opera el sistema de los Oscar, el reconocimiento que los actores y actrices reciben de sus compañeros (a través de los premios SAG) tiene una influencia determinante sobre los miembros de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Hollywood para definir después quién ganará la dorada estatuilla.

“La verdad es que yo fui el primer sorprendido al ganar un reconocimiento tan importante (el SAG). Estaba casi seguro de que se lo iba a llevar Nicholson”, señala Lewis.

“Esto en parte habla muy bien de los actores y actrices estadounidenses, porque no tienen un sentido del cine tan nacionalista como el de sus representantes políticos. Me siento muy orgulloso de haber ganado un lugar al lado de alguien como Jack Nicholson, a quien yo siempre había considerado uno de mis ‘héroes’ de la actuación. Pienso que él debería ganar el Oscar. Yo, por mi parte, estoy feliz con todos los reconocimiento que ha tenido Gangs of New York”.

Un asunto actual

Gracias a su intervención en Gangs of New York, Day-Lewis asegura que “entiende mejor” la forma en que se estructuraron la ideología y el pensamiento de Estados Unidos. “Nuestra época no es muy distinta de lo que fue hace un siglo y medio”, asegura Lewis.

“Los inmigrantes pobres siguen viniendo a este país tratando de construirse un futuro mejor para ellos y sus familias, pero muchas veces lo único que encuentran es el mismo tipo de discriminación que hubo en 1863. Este filme transcurre durante esos años, pero la historia que cuenta sigue siendo básicamente la misma de ahora”.

Movido por el afán de sentirse en sincronía física y mental con el personaje que interpreta en Gangs of New York, el brutal William Cutting, a quien se conoce como “Bill the Butcher”, Day-Lewis decidió llevar a cabo una extensa investigación literaria, histórica y periodística sobre la época.

“Quería darle al rol de William toda la credibilidad posible”, dice con una tímida sonrisa el protagonista de My Left Foot -que le valió su primer Oscar al Mejor Actor-, In the Name of the Father y The Boxer. “Por eso me puse a estudiar y leí todos los libros que encontré sobre cómo era Nueva York en 1863.

Entre las páginas de uno de ellos, publicado hace más de 75 años, descubrí mucha información sobre las pandillas que controlaban el barrio de las Cinco Esquinas y quiénes eran sus líderes. A uno de esos personajes, que tenía fuertes alianzas con todos los políticos corruptos de la ciudad, lo utilicé para ir moldeando la actitud de William Cutting. Cuando terminé de hacerlo, me reuní con Marty (Scorsese) y le pregunté su opinión.

Él me dijo que le gustaba mi propuesta, pero al mismo tiempo me explicó que hacía falta algo que, a su criterio, era fundamental: poner énfasis en la parte cruel y violenta que debía tener Cutting al ‘transformarse’ en Bill the Butcher”.

William Cutting es un hombre que sabe cómo controlar a los políticos, entiende sus debilidades y conoce sus limitaciones morales. De ahí proviene el poder que tiene sobre ellos. Finalmente, con eso en mente, logré darle a “Bill the Butcher” la oscura y siniestra dimensión que tiene”.

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