Reuters
WASHINGTON, EU.- Estados Unidos está “muy pendiente” de que se realice en Venezuela un referendo revocatorio del mandato del presidente Hugo Chávez, para que termine la prolongada crisis política del país, dijo ayer un diplomático norteamericano.
El encargado de negocios de la embajada de Washington en Caracas, Stephen McFarland, dijo que para su país es “muy importante” la realización del referendo, que puede ser convocado desde el martes, cuando Chávez cumple la mitad de su mandato.
“Estamos todos muy pendientes del proceso del referéndum, tenemos esperanzas de que se dé, tal como lo estipula la Constitución”, afirmó a periodistas McFarland tras reunirse con el vicepresidente venezolano, José Vicente Rangel.
Estados Unidos es el principal comprador de petróleo de Venezuela, quinto exportador mundial de crudo.
El referendo revocatorio, de ser exitoso para la oposición, podría concluir inmediatamente el mandato del militar retirado, electo por primera vez en 1998.
En las últimas semanas una serie de representantes de la política exterior de Washington, desde el Secretario de Estado Colin Powell hasta el enviado especial para asuntos hemisféricos de la Casa Blanca, Otto Reich, han dado fuertes manifestaciones de apoyo a la celebración de esa consulta.
La posición de Estados Unidos ha despertado la ira de Chávez, cuyo gobierno ha irritado a la Casa Blanca con su fuerte alianza con el gobierno de Cuba y el estrechamiento de lazos con países vistos como enemigos por Estados Unidos, como Libia e Irán.
Recientemente Chávez invitó a Estados Unidos a dejar de opinar sobre los asuntos internos de otros países y le recordó airadamente que Venezuela es un país independiente y no “una colonia norteamericana”.
McFarland aseguró que “apoyar la democracia y los derechos humanos no constituye una intromisión en los asuntos de un país”. Insistió en que el mecanismo del referendo ha sido acordado por ambos bandos del amargo conflicto político como una salida pacífica, constitucional y democrática.
La dividida oposición y representantes del gobierno de Chávez acordaron en mayo reducir la tensión política respetando la Constitución, bajo los auspicios de la Organización de Estados Americanos, las Naciones Unidas y un grupo de seis “países amigos” entre los que se contaba Estados Unidos.
Pero desde entonces los adversarios de Chávez, que lo acusan de ser un dictador en ciernes y de querer establecer en el país un régimen comunista, han dicho que el gobierno pretende obstaculizar el referendo con argumentos legales.