Reuters
WASHINGTON, EU.- La Marina de Estados Unidos dijo ayer que buscará determinar en pocos días si una sustancia sospechosa encontrada esta semana en uno de sus centros de distribución de correspondencia era carbunco (ántrax, en inglés), según sugirieron pruebas preliminares.
La marina cerró el jueves el centro automatizado de distribución de correo en su estación naval y aérea en Washington para realizar pruebas adicionales después de que los sensores detectaron rastros de una sustancia que podría ser carbunco, según una portavoz de la marina.
“Esperamos obtener pronto más resultados concluyentes”, dijo el portavoz de la marina, comandante Conrad Chun, quien agregó que los datos del Centro Naval de Investigación Médica en Silver Spring, Maryland, podrían arribar en las próximas 48 horas.
Como precaución, el Servicio Postal de Estados Unidos cerró 11 centros de distribución que eran atendidos por la misma firma que transportaba correspondencia al centro de la Marina.
Un portavoz de la firma dijo que esperaba que los resultados de las pruebas estarían listos hoy.
El secretario de Salud, Tommy Thompson, que participa en una conferencia de ministros de Salud en Berlín, dijo que no esperaba que los análisis confirmaran la presencia de carbunco en el centro de la Marina.
“Nuestro análisis preliminar no es abrumador”, dijo Thompson pero agregó que esta era su opinión personal.
Cuando se le preguntó si lo de “no abrumador” significaba que la existencia de carbunco era improbable, Thompson contestó: “Eso creo, pero no soy un científico”.
“Han cerrado (centros de correspondencia) como protección, pero con anterioridad hemos tenido falsos positivos, y éste podría ser uno, o tal vez no, pero no sabremos hasta dentro de 24 horas”, añadió.
En una serie de ataques con carbunco en el 2001, desde la costa este, pasando por Florida hasta Connecticut, al menos cinco personas murieron, entre ellas dos empleados postales de Washington.
Cartas que contenían esporas de carbunco fueron enviadas a oficinas de medios de prensa en Nueva York y Florida, y otras con rastros de la bacteria fueron enviadas a las oficinas de dos senadores en Washington.
Desde esos ataques, cuyo autor nunca fue identificado, el Servicio Postal ha gastado millones de dólares en pruebas e instalación de equipos para esterilizar la correspondencia.
El carbunco es considerada la amenaza número uno como arma biológica porque es mortífera y forma esporas que son difíciles de matar.