Torreón, Coah.- Ni cantante y mucho menos actriz. Realmente, Wendy no es la artista sobre la cual estarían comúnmente los reflectores y la prensa encima... la diferencia entre la joven de 23 años y cualquier otra persona de este país, es que ella participó en la segunda versión de Big Brother México y que sus acciones eran captadas día y noche por las cámaras de televisión. Le bastaron 78 días para hacerse famosa.
Desde su incursión al reality show de Televisa nunca se perfiló como la favorita, pero sí como una mujer valiente, luchona y consciente de que la belleza física no es su mayor virtud.
Antes de Big Brother se desempeñaba como operaria de producción, pero la despidieron; incluso alguna vez trabajó como pollera para mantenerse... “A final de cuentas me dieron de comer. Mi trabajo en la maquiladora era pesado, rolaba turnos de mañana, tarde y noche”, contó vía telefónica desde la ciudad de México.
Definitivamente su vida no será igual de hoy en adelante, pues además de la fama y sus premios, le otorgaron una beca para estudiar una licenciatura en el Tecnológico de Monterrey. Ese es el que más le importa.
“Quiero estudiar medicina pero si no se puede por una cosa o por otra, quiero ser licenciada en informática. Es algo que tengo que pensar mucho muy bien”.
-¿Tienes temor de entrar a un mundo que no es el tuyo? ¿De tener compañeros que serán de diferente clase social que tú o de que te puedan hacer menos? “No, yo quiero ser una mujer preparada, y si ese es el precio, pues lo pago. Tengo que echarle muchas ganas”.
Se escuchaba muy contenta, y es que la situación en que Wendy entró a la reality show Big Brother y en la que sale es totalmente distinta. Para empezar, desde hacía tiempo su relación familiar estaba marcada por la distancia y el conflicto, específicamente con su padre y hermanos y la noche del domingo se encontró con un señor Benjamín (su padre) arrepentido de todo y con el objetivo de empezar de nuevo.
“Me dio mucho gusto cuando lo vi, no creí que iba a venir. Nos vamos a dar la oportunidad de sacar adelante algo súper importante como lo es la familia. Al abrazarme me dijo que lo perdonara y que me amaba”.
-¿Te es difícil perdonar? “Sí me cuesta trabajo y más cuando me hieren, pero ahora necesito decirles a mis hermanas y a mi papá que los necesito, no lo había querido decir, pero lo acepto. Los necesito mucho”.
Sus respuestas no eran muy profundas, pero todas las contestó de muy buena gana; incluso deseó charlar del sufrimiento de su madre, quien falleció a causa de cáncer en la matriz hace diez años. El diez de mayo se sintió muy mal, y más porque sus ahora ex compañeros estaban con sus mamás. “Me costó mucho trabajo. Afuera lo controlo mejor (el sufrimiento) que adentro de la casa”.
La originaria de Tuxpan, Nay. desconoce a ciencia cierta qué le depara el destino, pero espera –y suplica- que sea algo bueno... y todo “gracias a Big Brother”.