Parece que el ?rally? alcista del peso respecto del dólar ya pasó, o cuando menos ya se respira un ambiente de mayor estabilidad, pese a lo enrarecido que está y continuará el ámbito político hasta finalizar este difícil año.
Si recuerda usted las principales causas de la presión cambiaria que se originó o se empezó a ?descontar? hace un par de meses hasta la semana pasada fueron producto de la posible revisión a la baja de calificación de la deuda de Pemex por parte de Moody?s; de la pobre expectativa del crecimiento de la economía que pronosticó en ese entonces el Secretario de Hacienda; de la demanda de dólares ocasionada por las instituciones y empresas para pagar servicio de deuda y amortización de corto plazo que se vencía en octubre; la propia estacionalidad del mes de octubre que siempre en el mercado financiero se caracteriza como un mes volátil y bueno todos estos factores los aprovechó el gran especulador institucional y no institucional para ?atacar? nuestro todavía fuerte peso sobredemandando dólares.
Sin embargo, hace relativamente pocos días se empieza a revertir (contra opiniones escépticas y pesimistas) la situación del tipo de cambio, producto de algunos datos favorables, entre los que destacan la confirmación de la Reserva Federal de Estados Unidos de América en su última reunión de un crecimiento más firme de aquel país para el siguiente año lo cual en la expectativa va a favorecer al exportador mexicano (oferta potencial de dólares); otro dato que lanzó también hace algunos días el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el sentido de que esperan para 2003, un flujo anualizado de más de 14 mil millones de dólares de las remesas que envían nuestros ?paisanos? que viven en Estados Unidos, lo que superaría al flujo de la Inversión Extranjera Directa (que se estima termine en diez mil millones de dólares). Cuando se dio a conocer este dato inmediatamente se detuvo el ?ataque especulativo? contra el peso y se comenzaron a vender volúmenes importantes de la divisa americana bajando su precio.
Otros datos importantes y que crea mucha confianza en el mercado cambiario fue el nivel anunciado de las reservas internacionales que superan históricamente los 53 mil millones de dólares, además de la estacionalidad que se vislumbra para noviembre y diciembre que es más favorable en oferta que en demanda de dólares ya que por un lado, no hay presión por pagos de deuda o por datos desfasados de la cuenta corriente de la balanza de pagos y por otro lado el flujo de remesas de nuestros connacionales en Estados Unidos de América como comento arriba, se espera fuerte en noviembre y diciembre. Todo esto ha hecho que pare la especulación fuerte del tipo de cambio.
Un dato también que se esperaba era la noticia (que ya salió) con relación a la subasta de dólares que el Banco de México realizará hasta enero de 2004, por un monto de seis millones de dólares diarios, aunque al principio no le gustó al mercado porque se esperaba un mayor monto, finalmente la subasta es un proceso permanente de oferta de dólares amén de la demanda.
En fin, entre este vaivén de demanda y oferta de dólares que son las fuerzas que determinan el nivel de tipo de cambio, la pregunta es ¿cuál será el nivel que tendrá para terminar 2003? Siempre es muy difícil estimar esta importante variable precio de la economía, pero me atrevería a decir que si no se dan los principales riesgos que implicarían una mayor volatilidad en el mercado cambiario el tipo de cambio pudiera terminar por debajo de los 10.90 pesos por dólar, poniendo un piso de 10.80 por dólar.
Esos riesgos para mi particular punto de vista los relacionaría, en lo externo a la vulnerabilidad de Estados Unidos de América o de algún sitio de interés de este país en cualquier parte del mundo a un nuevo ataque terrorista, dado que el problema con Iraq sigue vivo así como los ? amigos? de Hussein y Ossama Bin Laden. Y por el lado interno el principal aspecto que influiría en una presión cambiaria es el factor político relacionado con la aprobación de la última iniciativa fiscal del Presidente de la República sobre la disminución general del IVA para todos los bienes y servicios, con la aprobación de la Ley de ingresos y egresos de la Federación en el marco de los criterios generales de Política Económica para 2004 y en la aprobación de la reforma fiscal y energética que están en el seno del Congreso.
El riesgo está que salga de nuevo un ?parche? fiscal, enrareciéndose más las relaciones ejecutivo ? legislativo lo cual causaría desconfianza y una mayor incertidumbre en el futuro económico y financiero del país. La verdad ?que lástima? sería que iniciativas supuestamente bien estudiadas en su efecto y que le sirven a todos los mexicanos, en su bienestar, en su empleo que tanto se requiere, en su progreso etcétera, sean ?coartadas? por unos pocos que siempre se niegan y que por tanto aparentemente no entienden de democracia, de nacionalismo ni de su propia patria o si no que presenten contrapropuestas mejores, viables y ágiles en su negociación pues hasta la fecha no se conocen. Ojalá entonces haya una buena negociación de los grandes pendientes en el Congreso para el bien de todos.
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