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¡Ya chole con Marta!

Patricio de la Fuente González-Karg

Para Doña Cecilia Occelli.

Somos un país machista donde la figura femenina no ha sido valorada, rescatada, redimida: como vivo ejemplo las muertas de Juárez a las que nadie hace justicia, síntoma de gobiernos que no actuaron, les temblaba el pulso y se perdían en nimiedades, lagunas jurídicas, en fin, larga lista de pretextos. Marta de Fox anunció hace tiempo que una mujer encabezaría las investigaciones y hasta ahí quedó. Ah, eso sí: nuestro “nuevo” sistema de Estado tiene tiempo de sobra para “hablar del cambio”. Sin palabras, nomás revisen al gabinete, Cámaras Alta y Baja, saquen la cuenta ¿Cuántas mujeres lo componen? Muy pocas…

No toda la culpa proviene del ala gubernamental: miles de damas agachan la cabeza, temerosas, no dejan al marido pues las mantiene, crean una simbiosis enfermiza de dependencia hacia el varón y en vez de formar un equipo se convierten en victimarias, carencia de proyectos e intereses personales, hijos de por medio, falta de preparación para buscar tan anhelada independencia, miedo hacia una Iglesia que condena al divorcio, terror en cuanto a lo legal se refiere: los tribunales favorecen al marido casi siempre, muy pocos pagan pensión alimenticia.

Es preciso luchar en pos de la equidad –diferencia en género pero igualdad en derechos-, aplaudir la labor de aquellas que desde cualquier tribuna contribuyen al mejoramiento del entorno: amas de casa, académicas, políticas que abierta o calladamente trabajan para crear condiciones en donde todo sea respetado, se reconozca el enorme talento inherente en tantas: astucia, sagacidad, inteligencia, razón para distinguir entre lo bueno y lo malo, talento excepcional para crear, sexto sentido, compromiso, honestidad, en fin, todo aquello valioso, único, fantástico.

En el gobierno y la sociedad grandes mujeres: Rosario Ibarra de Piedra, Ifigenia Martínez, Beatriz Paredes, Carmen Aristegui, por mencionar algunas. Otras también: Elba Esther Gordillo; Xóchitl Gálvez, Josefina Vázquez Mota, Julieta Fierro, María de los Ángeles Moreno, Ana Guevara. Al fin y al cabo, con errores, defectos y ambiciones personales son iconos de la lentísima transformación de México hacia una normatividad de primer mundo.

A pesar de ello hay otras que mucho preocupan, están lastimando abiertamente los procesos pues carecen del sentido del tiempo y oportunidad, de aquel famoso “Fondo es Forma” pronunciado por Don Jesús Reyes Heroles. Mujeres de poder que buscan afanosamente reflectores, cámaras y responden a un discurso “Cursi”, demagógico y rebasado por la historia. Encabezando la lista Marta Sagahún de Fox, la mitad que faltaba para completar un concepto innecesario, absurdo: “el de la pareja Presidencial”.

Corre “como si se le acabaran las horas para salvar al país”, forma su “Vamos México” aprovechando lagunas jurídicas y hasta en la página web de la Presidencia aparece un enlace al sitio, proyecto abiertamente transexenal (el DIF no cumplió con sus aspiraciones). Dice no querer quedarse sentada en casa como otras primeras damas, opaca al muy gris Vicente Fox y ya nadie sabe si ocupa la Vicepresidencia, es la reencarnación de Córdoba Montoya o quiere la Presidencia. Odia a los que osan criticarla, desprecia a la prensa escrita, favorece abierta y cínicamente a TV Azteca.

Es sagaz, astuta pero no tanto para notar que le ha restado presencia al trabajo del Ejecutivo. Dice trabajar mucho, a pesar de ello existe una abismal diferencia entre el gobierno de Guanajuato y ser vocera a llegar a México, pisar Los Pinos. No es preparada, ¿un curso de inglés en Irlanda la convierte en política de altura? Carece de los tamaños para la grande, la megalomanía llega al extremo de pedirle a Sari Bermúdez –que de intelectual no tiene un pelo- escriba su biografía y la compare con Santa Teresa, casi asevere el cambio a ella se lo debemos.

En el 2006 se va a aburrir tremendamente en el rancho. Si cámaras y luces, sin salir en las portadas de “Hola”, “Quién” y demás publicaciones que dibujan la frivolidad de la alta sociedad se sentirá perdida. Haberse dejado entrevistar por Olga Wornat –periodista argentina ampliamente desprestigiada- fue un error garrafal que evidencia su falta de tacto. En San Cristóbal sería ridículo portase sus conjuntos de Escada, Armani y Chanel de a cuatro mil dólares en promedio. Por cierto, hay que aplaudir el manejo del salario foxista pues ciento cincuenta mil pesos le alcanzan para mes a mes renovar tremendo guardarropa. ¿O será más bien que la partida secreta destinada a los gastos discrecionales del Presidente va para el “shopping? Bueno, ello es un avance: en otros tiempos dichos recursos iban a bancos Suizos.

La Primera Dama debe tener buenas intenciones, sin embargo esa “vocecita” angelical y su carita de “yo no fui”, el “seseo” le restan una tremenda dosis de credibilidad. Utilizar recursos y personal del gabinete tampoco es aplaudible, en fin, confusión enorme en cuanto a derechos y atribuciones que urge corregir. Ello tardará siglos: nuestro muy “Honorable Congreso de la Unión” tiene otros pendientes como bonos, aguinaldos, viáticos, viajar en Primera Clase, rendirle pleitesía a la Maestra Gordillo, ayudar a los diputados del Partido Verde a aprobar la materia “Historia de México”, entre tantas urgencias. Ah, por cierto, parece que por lo menos en el Senado ya se están poniendo de acuerdo en cuanto a la Reforma Eléctrica. Pídanle consejo a Manuel Bartlett (ahora abierto nacionalista) y como premio inscriban su nombre en letras doradas ahí en el salón del pleno.

Yo, como Marta, preparo maletas para viajar y me encanta. Curiosamente nunca podré competir con la Pareja Presidencial: en casi tres años llevan cincuenta viajes al extranjero.

Correo electrónico: pato1919@hotmail.com

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