En el 2002 pidieron mil pesos prestados y ahoran deben 25 mil
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Juana Hernández y su esposo, Juan Manuel Rosales, están más que arrepentidos de haber pedido dinero prestado para solventar las necesidades de la casa, pues ahora ya no encuentran la salida y están a punto de perder su escaso patrimonio, a pesar de que ya pagaron más de lo que obtuvieron.
Con los días contados para contestar a una demanda de carácter civil, la desesperada pareja hasta ha contemplado la idea de vender su casa, como una alternativa para liberarse del acoso del agiotista que les facilitó el dinero.
En junio de 2002, Juana pidió mil pesos prestados para cubrir los gastos de la graduación de primaria de su hijo mayor.
“Se fueron presentando otras necesidades, pues mi esposo sólo trabajaba por temporadas y a veces no había ni para comer, ni para los camiones”.
La pareja acumuló un adeudo de nueve mil 500 pesos, pero tan pronto y Juan Manuel volvió a recibir pedidos de colchones para camas que él mismo fabrica en su casa, comenzaron a abonar tanto a los intereses generados, que fueron del 20 por ciento mensual, como al capital del préstamo.
La pareja asegura haber cubierto un total de 15 mil 500 pesos, pero la semana pasada fueron notificados de que en el Juzgado de Primera Instancia del Ramo Civil había una demanda en su contra, por un monto de 25 mil pesos y que si no contestaban a ésta en los siguientes cinco días hábiles, se procedería al embargo de bienes, además de que tendrían que cubrir los gastos de ejecución generados por el juicio.
Cuando pidieron el primer préstamo, los afectados fueron condicionados a firmar un pagaré en blanco para entregarles el dinero y cuyo documento ahora aparece fechado el 20 de enero de 2002, es decir, cinco meses antes de la solicitud y por la cantidad de 25 mil pesos.
Aseguran que Margarita Medina, la persona que les prestó el dinero, les cobraba además del 20 por ciento mensual de interés, un 10 por ciento adicional por semana sobre los intereses cuando llegaban a retrasarse en los abonos, situación que se llegó a presentar mientras Juan Manuel no tenía ingresos.
Nunca se les expidió ningún recibo, de manera que ahora les resulta difícil comprobar los pagos realizados.
A sabiendas de que su patrimonio es escaso, pues viven en la colonia 14 de Noviembre, quienes promovieron la demanda la dirigieron al domicilio de la suegra de Juan Manuel, en la colonia Rubén Jaramillo.