17 octubre 2003
Nueva York (EEUU), (EFE).- La llegada de los Yanquis de Nueva York a su sexta Serie Mundial en ocho años, al margen del dramatismo de su clasificación, no fue una sorpresa, pero enfrentarse a los Marlins de Florida si se ha convertido en un duelo que nadie había previsto al comienzo de la temporada regular.
Sin embargo, ambos equipos llegaron por el mismo camino, estando a sólo cinco "outs" de quedar eliminados, con decisiones de los manejadores de los rivales más que cuestionadas, un bateo oportuno y un relevo excepcional.
Los Yanquis ganaron el banderín de la Liga Americana al superar 4-3 a los Medias Rojas de Boston en la serie al mejor de siete para conseguir el 39 de su historia, mientras que los Marlins lograban su segundo de la Nacional a imponerse a los Cachorros de Chicago.
La otra ironía de las series de campeonatos es que los dos equipos derrotados, están marcados por sendas "maldiciones", los Medias Rojas con la del "Bambino de Oro", el traspaso del legendario Babe Ruth a los Yanquis la temporada de 1920 y los Cachorros con la del hombre de la cabra que no le dejaron entrar a ver la Serie Mundial de 1945.
Pero ahora sin "maldición" los grandes protagonistas serán sólo los Yanquis, con la plantilla más cara en la historia del béisbol, nada menos que 155 millones de dólares, y los Marlins, el equipo revelación de la temporada y de la fase final, al dejar en el camino a los favoritos, Gigantes de San Francisco y Cachorros.
El duelo, que comenzará mañana, sábado, en el Yankee Stadium, será el partido número 15 que ambos equipos han disputado entre si, el primero en una Serie Mundial, y el resto desde que se estableció la competición de interligas.
El resultado ha sido favorable a los Yanquis por 8-6 y la última vez que se enfrentaron fue el 2001 en el Pro Player Stadium de Miami.
Desde entonces, los Yanquis han mantenido a la mayoría de sus grandes figuras e incrementado la plantilla con otros consumados peloteros, mientras que los Marlins han surgido con una plantilla de jóvenes talentos y algunos veteranos que dirigidos por el manejador Jack McKeon, de 72 años, se han convertido en una fórmula ganadora.
Los Yanquis volverán a presentar calidad y experiencia con Andy Pettitte, Roger Clemens, Mike Mussina, David Wells y el cerrador de oro, el panameño Mariano Rivera en el montículo, dejando el bateo en manos de Derek Jeter, los boricuas Jorge Posada y Bernie Williams, y el toletero Jason Giambi, tres cuadrangulares contra los Medias Rojas en los dos últimos partidos.
Sin olvidar al dominicano Alfonso Soriano y el japonés Hideki Matsui, que en su primer año en las Grandes Ligas, en la temporada regular logró 106 carreras remolcadas.
Con el manejador Joe Torre al frente, los Yanquis, que tienen ventaja de campo en la serie al mejor de siete, su único objetivo será el conseguir el título número 27 en la historia del equipo y el sexto en los últimos ocho años que han estado la mayoría de ellos juntos.
"Cuando llegas a la Serie Mundial no hay equipo favorito, cada partido que disputas es una final y tienes que salir darlo todo desde el comienzo", declaró Torre. "Lo vimos en el séptimo partido contra los Medias Rojas, que nos dominaron las siete primeras entradas, pero al final nosotros fuimos mejores".
MacKeon no tiene ningún problema en que su equipo vuelva a salir como la "víctima" porque dijo que los jugadores serán los que definan como lo han hecho hasta ahora quien va a ser el ganador.
Los Marlins están preparados para el gran duelo con el receptor boricua Iván Rodríguez, el veterano y líder indiscutible del equipo, que fue nombrado Jugador Más Valioso (MVP) de la serie en la Liga Nacional.
Rodríguez está mentalizado para motivar más que nunca a los Marlins y al final de la serie tener en su poder el segundo título de campeones en los 11 años de historia que tiene el equipo.
"Sabemos que en los pronósticos nos siguen poniendo en la casilla de los perdedores, pero al final resulta que hemos terminado en la de los ganadores y queremos seguir haciendo lo mismo con los Yanquis", declaró Rodríguez.
Junto al veterano receptor, los Marlins presentan juventud, velocidad en los corredores, una gran defensa y una rotación de abridores que con Josh Beckett, de 23 años y el novato Dontrelle Willis, de 21, pueden ganar a cualquier rival.
El venezolano Miguel Cabrera, de 20 años, y máximo aspirante al premio de Novato del Año, será sin discusión una de las grandes atracciones de la serie, lo mismo que el jardinero Juan Pierre, que con su velocidad puede ser un dolor de cabeza para la defensa de los Yanquis.
Pierre consumó 65 robos durante la temporada regular, la mejor marca en las Grandes Ligas, y los Marlins tuvieron 150 como equipo.
La pareja formada por el venezolano Alex González, en el campo corto, y el segunda base dominicano Luis Castillo, son una auténtica muralla defensiva, mientras que el veterano Jeff Conine, el único que se mantiene del equipo que ganó la Serie Mundial en 1997, el boricua Mike Lowell son una producción segura con el bate.
Los Marlins también aportaran el elemento humano a la Serie Mundial con McKeon convertido en el manejador de más edad que ha conseguido llevar a un equipo a disputar el "Clásico de Otoño" y aspira también a ser el más veterano que consigue el título de campeones.