Nueva York, EU.- El emergente Aaron Boone pegó cuadrangular solitario en la parte baja de la undécima entrada, para anotar la carrera que rompió el empate y permitió los Yanquis de Nueva York ganar 6-5 a los Medias Rojas de Boston en el séptimo y decisivo partido de la serie de campeonato de la Liga Americana.
El relevista panameño Mariano Rivera, que actúa como cerrador, lanzó tres entradas sin anotación para quedarse con la victoria y ser otra de las claves de los Yanquis, que vinieron desde atrás para
superar una desventaja de tres carreras en la octava entrada. Rivera fue nombrado Jugador Más Valioso (MVP) de la serie, al controlar por completo a los bateadores de los Medias Rojas. "Me sentí siempre muy bien y estoy feliz por el gran triunfo que hemos conseguido", declaró Rivera. Los Yanquis, que han ganado 26 títulos de la Serie Mundial, desde 1920 cuando los Medias Rojas les traspasaron a Babe Ruth, vuelven al "Clásico de Otoño" por sexta vez en los últimos ocho años, y se
enfrentaran a los Marlines de Florida que ganaron por 4-3 a los Cachorros de Chicago en la serie de campeonato de la Liga Nacional.
Los Medias Rojas, que no han ganado una Serie Mundial desde 1918, 15 meses antes que traspasasen a los Yanquis al legendario Ruth, siguen con la “Maldición del Bambino". El jonrón de Boone fue el tercero de su equipo, Jason Giambi, pegó dos, y el sexto del partido, después que Trot Nixon, Kevin Millar y el dominicano David Ortiz los consiguieron para los Medias Rojas. Rivera (1-0) espació dos imparables con tres ponches después de completar 48 lanzamientos y 33 fueron strikes. El duelo entre los ganadores combinados de nueve premios Cy Young, Roger Clemens y el dominicano Pedro Martínez quedó en un segundo plano después que el primero fue castigado con cuatro carreras en sólo tres entradas, mientras que el segundo brilló en siete y un tercio, hasta que le hicieron un racimo de tres para que el partido se empatase 5-5 en la octava y se fuesen sin decisión. Martínez espació diez imparables, incluidos dos cuadrangulares, con cinco carreras limpias, dio una base por bolas y sacó ocho ponches después de completar 123 lanzamientos y meter 77 strikes. El "Cohete" texano trabajó algo más de tres entradas para permitir seis imparables con cuatro carreras, tres fueron limpias, dio una base por bolas y sacó un ponche después de completar 65 lanzamientos, 43 strikes.
Los Medias Rojas inauguraron el marcador en la parte alta de la segunda entrada conde cuadrangular de Trott Nixon, el segundo en partidos consecutivos y el cuarto de la fase final, que mandó la pelota fuera del parque hacia el centro del jardín derecho, con el inicialista Kevin Millar en circulación para el 2-0 en la pizarra. La ventaja se incrementó a 3-0 después que el tercera base dominicano Enrique Wilson, cometió error con su lanzamiento a primera para sacar a Johnny Damon y Jason Varitek, que había pegado doblete, pisase sin problemas la goma. Luego iba a llegar el primer cuadrangular de Millar como profesional en la fase final de campeonato para poner el 4-0 favorable a los Medias Rojas. Los Yanquis sólo podían superara a Martínez con el bateador emergente Jason Giambi, que acortó la desventaja con dos cuadrangulares solitarios, en el quinto y séptimo episodios, para el 4-2. Ortiz respondió para los Medias Rojas con cuadrangular solitario, el segundo de la fase final, y el equipo de Boston mantenía el control del partido y del marcador.
Pero los Yanquis estaban dispuestos a no dejar que Martínez se fuese triunfal del Yankee Stadium con la gran victoria de su carrera y después de sacar el primer "out", el campo corto Derek Jeter, que
había estado silenciado todo el partido surgió con doblete, que iba a abrir el camino del empate milagroso para su equipo. Bernie Williams, otro de los desaparecidos del ataque de los Yanquis, despertó con sencillo impulsador para el 5-3, que anotó Jeter; el japonés Hideki Matsui también sonó doblete al derecho y sólo faltaba el tercer extra base de la entrada que pegó el receptor boricua Jorge Posada para ante el delirio de los más de 50,000 fanáticos de los Yanquis empatar a cinco la pizarra. El segunda base Todd Walker con las bases llenas y Mike Timlin en el montículo hizo la jugada defensiva de la noche al capturar la pelota que había picado en la almohadilla y botado alto y de haberse ido a los jardines hubiesen significado la cuarta anotación de los Yanquis. Walker volvió a evitar otro extra base a una línea seca de Williams con dos outs en la novena para conjurar de nuevo el peligro de los Yanquis, pero al final iba a llegar el jonrón decisivo de Boone, un jugador que también había pasado desapercibido, pero se convirtió en el gran héroe para un equipo que volvió a tener de su lado el espíritu y recuerdo del "Bambino".