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Zeta-Jones divierte sin perder elegancia

El País

Madrid, España.- Vestida de negro, con zapatos y bolso de leopardo a juego, luciendo anillo y reloj de brillantes de Cartier, Catherine Zeta-Jones se sienta en una mesa del hotel Excelsior de Venecia y lo primero que hace es pedir a uno de sus dos asistentes un papel para tirar su chicle. “Masticar y hablar es un mal negocio”, suelta mientras se sienta.

Risas y relajación en la mesa: no hay duda, la mujer de Michael Douglas sabe de qué va el negocio y lo demuestra a cada paso, mientras crece como actriz. La última prueba, su papel de mujer fatal en la película de los eternos rebeldes hollywoodienses, los hermanos Coen, en El Amor Cuesta Caro (Intolerable Cruelty), una comedia donde se liga al soltero de oro George Clooney.

“George es un hombre genial y trabajar con él fue el motivo por el que acepté hacer la película… la otra razón fueron los Coen”, así responde Zeta-Jones a la pregunta más típica de todas y la que siempre cae en primer lugar: ¿Por qué hizo esta película? La actriz galesa, que reside en las Bermudas con su marido, se medio mosquea cuando algunos insisten en calificarla como americana: “Yo no soy americana, ni siquiera vivo en Estados Unidos, sino en las Bermudas, así que ni soy americana ni voy a serlo jamás, porque estoy orgullosa de mis raíces. Mi marido es americano, yo no”. Más claro, ni el agua.

Como en El Amor Cuesta Caro se habla, y no demasiado bien, del matrimonio, ésta es una buena oportunidad para preguntarle a la diva por esa institución sin parecer indiscreto: “Yo puedo hablar por mí, y me siento muy feliz de haber conocido a Michael y de ser su mujer. Supongo que en Hollywood las cosas van muy deprisa y las parejas se hacen y se deshacen en cuestión de minutos, pero nosotros somos muy felices, tenemos dos hijos, y por tanto mi opinión del matrimonio no puede ser otra cosa que excelente”.

Eso sí, no suelta palabra sobre los famosos contratos prematrimoniales que tantas carcajadas provocan en la película, no sea que Michael se enfade.

Catherine Zeta-Jones, 34 años, acaba de ser madre de su segundo hijo y trata de combinar (con mucha fortuna) su maternidad con su trabajo. ¿El secreto? “Me llevo a mis niños al rodaje y se lo pasan bomba con todo lo que hay allí. Lo duro será cuando ya no quieran venir más al rodaje y tenga que estar allí sola, pero hasta entonces…”.

Después de verla cantar y bailar en Chicago, la pregunta es obvia, ¿no le apetece volver a hacerlo en alguna otra película? “Por supuesto, me encantan los musicales y me encantaría volver a participar en otro. Celebro que Hollywood se haya dado cuenta de que es un género que merece otra oportunidad”.

Buena respuesta... pero los afamados periodistas nunca tenemos bastante y le pedimos el nombre de algún proyecto en el que le gustaría estar: “No sé, por ejemplo, sería maravilloso hacer un remake de West Side Story, pero creo que es muy difícil y no soy partidaria de tocar las películas si no es para mejorarlas”.

La actriz ganó un Oscar por su papel en Chicago y ha trabajado con lo más relevante de la profesión, desde Steven Soderbergh a los hermanos Coen, sin dejarnos su papel en Alta Fidelidad para Stephen Frears o su espectacular debut en El Zorro al Lado de Antonio Banderas, pero lejos de quedarse contenta, a la galesa le gustan los retos. “Me encantaría trabajar con Tim Burton o repetir con los Coen, pero de momento me conformaré con trabajar con Spielberg en su próxima película”.

“No puedo hablar de la película porque Steven me lo ha prohibido”, comenta, aunque por suerte uno se ha informado, así que puede contarles que en Terminal, la próxima película del rey Midas, Zeta-Jones será una empleada de aeropuerto que se enamora de un hombre (Tom Hanks) atrapado allí debido a la súbita desaparición de su país.

El tiempo se acaba (los famosos llevan un cronómetro incluso en el baño) y mientras apura una bebida light, a Catherine le da un arrebato y pasa a acordarse de sus inicios y a sentirse afortunada. “Sé que si Spielberg no me hubiera llamado para hacer las pruebas de casting de El Zorro ahora no estaríamos hablando en Venecia”. Guapa, sincera, rica y casada con Michael Douglas. ¿Alguien dijo envidia?

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