El ejemplar es el corazón de la mística judía, al lado de la Biblia y del Talmud
CONACULTA
MÉXICO, DF.- La creación es un acto lingüístico, dice Esther Cohen, traductora del Zohar o El Libro del Esplendor, edición de la Dirección General de Publicaciones de Conaculta, colección Cien del Mundo. Es el corazón de la mística judía, al lado de la Biblia y del Talmud, asegura Cohen: “Ofrece al lector una cosmovisión más cercana a la modernidad que a la Edad Media. Es un libro que se pregunta con frecuencia ¿dónde está el mal?’’.
En el capítulo titulado “Del bien y del mal’’ se analiza el cómo es posible que un hombre ame a Dios con la inclinación al mal. ¿Cómo entonces puede amarlo así? El Zohar responde que la inclinación al mal es subyugada por el amor que se siente hacia Dios.
El alma que recoge Dios cuando yacemos, es el único remedio para el sufrimiento, escribe Louis Massignon en el texto La ciencia de la compasión. De la misma manera que los estudiosos del Talmud, la Biblia o el Zohar, el autor francés, especialista en el Corán, hace comentarios desmesurados, excéntricos, anormales, escrupulosos, pero al mismo tiempo, precisos y maduros en la adoración que le impide al espíritu evadirse de conveniencias pseudomísticas.
Lo dicho por Massignon lo confirma Esther Cohen. Dice que mientras la Torah descifra la lectura del mundo, el Zohar se plantea los orígenes del universo, de Dios y el hombre. Agrega que no hay más luz que la que proviene de la oscuridad; que para el Zohar, Dios es más complejo, pues imprime en el mundo y en los hombres una doble inclinación sin contradicciones.
Esther Cohen presenta el Zohar como la simetría entre la corporalidad del hombre y la espiritualidad de Dios. “Para la cábala del Zohar la divinidad es un ser andrógino’’.
El Zohar refleja la escisión, como lo comenta Jean Libis, autor del libro El mito del andrógino, poniendo de relieve el pasaje del misterio supremo del Génesis en donde se dice que los creó macho y hembra. Para Jean Libis en el Zohar la androginia del hombre primordial está claramente atestiguada. “Es el tema de Adam Kadmon, cuya naturaleza refleja la bipolaridad divina’’.
A una lectura explícita de orientación al deseo y a la unión efectiva invita el Zohar. Palabras de Esther Cohen: “La cópula se convierte en uno de los ejes fundamentales del conocimiento y de la práctica místicas... El Zohar es el ejercicio afectivo de la sexualidad y sus placeres’’.
En el apartado dedicado al deseo, se lee que la inclinación al mal puede ejercer el control sólo mediante dos poderes que son la comida y la bebida. Se dice en el Zohar que al mal no le preocupa en absoluto que el alma se acueste en este mundo ni que se levante en el próximo.
Un poco para retomar lo que subraya Esther Cohen con respecto a que el Zohar es un libro más de nuestros días que de la Edad Media, el filósofo Jean Libis afirma que el deseo es radicalmente recurrente, renace de sus cenizas y centellea en la búsqueda del andrógino imposible.
Esta publicación se realizó a partir de la edición francesa de Jean Pauly; la autora consultó y cotejó la traducción al inglés de Harry Sperling y Maurice Simon, el libro de Charles Mopsik y la antología de Isaiah Tishby vertida al inglés por David Goldstein.
Zohar. El libro del esplendor se presentará el próximo martes 26 de agosto, a las 19:30 horas, en la Carfebrería El Péndulo de Polanco, Alejandro Dumas 81, con la presencia de la traductora y Jenny Asse Chayo.