Azota el fenómeno a Cuba con feroz fuerza.
AGENCIAS
MIAMI, EU.- El huracán “Charley”, con vientos de 233 kilómetros por hora, se convirtió ayer en uno de los más intensos en décadas y amenaza con efectos devastadores el centro oeste de Florida, EU a donde llegará en las próximas horas.
“Charley” es ahora un huracán de categoría cuatro en la escala de intensidad Saffir-Simpson, que llega hasta cinco.
Con esa intensidad, el ciclón, que además causaría olas de hasta cinco metros, diluvios, inundaciones y tornados, es simplemente “un asesino en potencia”, como lo definieron ayer algunos funcionarios.
El huracán “Andrew”, considerado como el más destructivo del siglo XX en Estados Unidos y que se abatió sobre el sur de Florida en 1992 tenía vientos de intensidad similar y ocasionó la muerte de 23 personas en este estado y en Luisiana y daños por unos 25 mil millones de dólares.
“Charley tiene la posibilidad de causar un impacto devastador. Se trata de algo verdaderamente atemorizador”, dijo el gobernador de Jeb Bush, hermano menor del presidente de Estados Unidos (EU) y quien ha declarado “estado de emergencia” en todo Florida.
El Gobernador informó de que le había pedido por carta a su hermano un estatus especial para todo el estado que le permita recurrir a ayudas federales para paliar los daños que pueda causar el huracán “Charley”.
Jeb Bush hizo un llamado especial a los residentes y turistas de las zonas costeras, ya afectadas por los vientos huracanados periféricos de “Charley”, para que abandonen los sitios abiertos y carreteras y busquen refugios seguros, como los municipales.
Gary Vickers, director de la oficina de emergencia local dijo que “las personas que decidieron quedarse cerca de las playas, o en zonas inundables se están jugando sus vidas. Estamos frente a un asesino”.
Asimismo, las autoridades del área, que han ordenado la “evacuación obligatoria” de más de dos millones de personas, exhortaron a las que aún están en posibilidad de hacerlo, emprender de inmediato su traslado tierra adentro.
Se calcula que unos 6.5 millones de estadounidenses podría ser afectados por el paso del huracán que se prevé siga una trayectoria desde el centro oeste de Florida Georgia, las Carolinas -que ya se encuentran en “vigilancia de tormenta”-, Virginia -donde llegaría mañana- y luego otros estados en el centro y noreste de EU de la llamada zona Centro Atlántica y Nueva Inglaterra.
En la zona central y la costa sureste de Florida se han emitido diversas alertas frente a probables inundaciones, marejadas, tornados o condiciones de vientos de tormenta o huracanados.
Arranca vidas
Mientras tanto Cuba se recuperaba lentamente de los destrozos provocados por el paso del huracán “Charley”, que cruzó la madrugada de ayer la isla de sur a norte dejando tres muertos, miles de evacuados, derrumbes de viviendas e importantes daños sin cuantificar.
El teniente coronel Domingo Carretero, jefe de la Defensa Civil (DC), indicó que tres personas murieron en la provincia habanera y cuatro resultaron lesionadas en la capital, pero no especificó las circunstancias de los incidentes.
Además indicó que en esta ciudad de 2.2 millones de habitantes las ráfagas el huracán derribaron 65 edificios y ocasionaron daños parciales a medio millar. Entre los sectores más afectados, destacó Carretero, figuran los servicios energéticos, tanto en lo que se refiere a torres como al sistema del alto voltaje.
Paralelamente, la Dirección de Aeronáutica Civil informó sobre la paulatina normalización de los vuelos tanto nacionales como internacionales, dijo el militar.
El presidente Fidel Castro, quien ayer cumplió 78 años, llegó a la medianoche del jueves al Centro de Meteorología desde donde siguió el trayecto del fenómeno climatológico hasta la madrugada.
Charley llegó a la isla por el sur de la provincia de La Habana en la medianoche y algunas horas después salió hacia el estrecho de la Florida por el oeste de la capital, en la localidad de Baracoa.
A su violento paso obligó a la evacuación de 215 mil personas en todo el país y destrozó cristales, árboles, cables y tejados. En la capital, el ciclón derribó decenas de semáforos y aterrorizó con sus ráfagas a los ciudadanos.
