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MÉXICO, DF.- El sector privado alertó sobre los riesgos que en la economía mexicana podrían traer en el corto y mediano plazos una eventual alza en las tasas de interés en Estados Unidos y un desplome en los precios internacionales del petróleo.
De acuerdo con un sondeo, dirigentes empresariales y especialistas ubicaron al factor externo por encima del factor político.
Dos aspectos exógenos podrían provocar un impacto negativo moderado en la economía mexicana: el incremento paulatino en las tasas de interés estadounidenses de un cuarto o medio punto, que traería consigo un aumento en la deuda y escasez en el financiamiento, y el precio del petróleo.
Héctor Rangel Domene, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), explicó que ambos casos traerán un impacto sobre la economía.
“No parece que en el corto plazo hubiera riesgo de una caída abrupta en el precio del petróleo y afectara los ingresos fiscales que se obtienen por la venta del crudo, pero hay que vigilar ese aspecto”, mencionó.
Dijo que es latente la preocupación porque se dé un alza en dichas tasas de interés, aunque paulatinamente.
“El aumento es un factor que puede suceder con más probabilidad. Es factible que la Reserva Federal suba sus réditos de forma gradual, pero no hay certidumbre respecto de cuándo será.” Detalló que eso dependerá del crecimiento de Estados Unidos y de las presiones inflacionarias que observe el Banco Central sobre la economía, aunque descartó un incremento súbito o elevado.
Sin embargo, comentó que la expectativa de que suban las tasas trae por sí solo un fuerte impacto sobre el precio de los bonos y el costo de la deuda internacional.
“Ese factor afecta en el costo de la deuda externa y del nuevo financiamiento, pero no será un impacto elevado. Ante esa vulnerabilidad, es importante prever y fortalecer a la economía”, señaló.
Por eso es importante, explicó, la reforma hacendaria para disminuir la dependencia de los ingresos del petróleo.
Por su parte, José Luis Barraza, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), reconoció que dicho incremento en Estados Unidos representará un peso específico sobre la deuda en el exterior, la cual se incrementaría.
El fin de una era
El próximo fin de la era del crédito barato ha causado nerviosismo en los mercados financieros, pero las máximas autoridades económicas del mundo indicaron en su reunión del fin de semana que no necesariamente provocará una epidemia.
Mientras los ministros de Finanzas y los jefes de los bancos centrales del Grupo de los Siete (G7) se reunían el viernes y el sábado para elogiar la aceleración de la expansión económica mundial, rondaban preocupaciones sobre el impacto potencial que tendría un alza en las tasas en la recuperación.
La Reserva Federal de Estados Unidos ha puesto en claro que se está aprestando a subir su tasa oficial de fondos federales, actualmente a su nivel más bajo desde 1958 a uno por ciento, aunque no ha dicho cuándo lo hará, y los rendimientos de los bonos ya han comenzado a subir anticipándose al movimiento.
Pero la mayor parte del G7 -comprendido por Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Italia y Japón-, cree que el costo del crédito en sus regiones permanecerá sin cambios, mientras que Canadá recortó recientemente su tasa referencial.
Un alza en las tasas de Estados Unidos afecta a otras economías, principalmente muchas de los mercados emergentes donde se contratan créditos en dólares y las tasas altas hacen más costosas las fuertes cargas de deuda.
Aun así, los analistas dicen que existe un lado positivo en la ecuación para el mundo.
La perspectiva de tasas más altas en Estados Unidos está elevando el valor del dólar, que se encontraba fuertemente depreciado, en la medida que los inversionistas anticipan un incremento en el atractivo de los activos estadounidenses.
“En Canadá y Europa, que pueden ser consideradas las ‘economías más débiles’, ya estamos mirando que el dólar canadiense se está moviendo hacia la baja y que el euro se ha debilitado y es probable que se debilite más, así que eso está restando presión a esas economías y ayudándolos a ajustarse”, dijo el domingo el economista Mark Zandi, de Economy.com, en West Chester, Pensilvania.
No habrá efectos: Analistas
Analistas económicos y financieros coincidieron en que la economía mexicana se encuentra preparada ante cualquier cambio en las tasas de interés de Estados Unidos, por lo que el crecimiento esperado para este año difícilmente se vería afectado.
Alfredo Coutiño, director del Centro de Pronósticos Económicos para México (CKF), detalló que de darse un aumento en los réditos en Estados Unidos sería hasta el segundo semestre del año y con mayor probabilidad en noviembre, por lo que el ritmo de crecimiento para México no se vería afectado para este año.
"Esperamos un aumento gradual en las tasas de la Reserva Federal, por lo que el impacto a la economía mexicana sería mínimo", comentó.
Por su parte, Rafael Camarena, subdirector de análisis de Santander Serfin, coincidió en que México tiene mejores condiciones para enfrentar posibles cambios en las tasas de interés del vecino país del norte.
México cuenta con un escenario macroeconómico más sólido y eso se observa en un manejo ordenado de las finanzas públicas, que la inflación se encuentre en niveles estables, un aumento en las exportaciones y un buen manejo de la deuda externa.
Al respecto, Coutiño detalló que a diferencia de otros años nuestro país ha logrado disminuir los vencimientos de deuda año con año, lo cual lo coloca en una posición privilegiada frente a otras economías de la región como Argentina y Brasil, ya que no tiene la urgencia de salir a colocar deuda en los mercados internacionales para poder hacer frente a sus vencimientos cada año.
"México ha realizado un esfuerzo importante en materia de deuda externa desde la administración de Ernesto Zedillo y eso lo ha llevado a que actualmente no tenga problemas si aumenta la volatilidad en los mercados externos", enfatizó.
Asimismo, Rafael Camarena reiteró que este año el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del país estará cercano a 3.2 por ciento, aunque no descartó que pudiera ser mayor si aumenta el dinamismo en las exportaciones manufactureras.