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aTACHEO DE REGALADO, Mich.- Este poblado de menos de dos mil habitantes puede convertirse en modelo de organización social comunitaria a nivel internacional, tras el éxito de sus primeros cinco proyectos productivos impulsados con remesas enviadas por sus trabajadores migrantes.
A unos 15 kilómetros al noreste de Zamora, Michoacán, y pese al incumplimiento del apoyo federal ofrecido, los habitantes de Atacheo de Regalado establecieron cinco florecientes negocios en los que han invertido las remesas que reciben de sus familiares en el extranjero. Producen pavos, cabras, verduras y flores, además de bocinas y bafles para grupos musicales, independientemente de administrar una plaza de toros.
Hasta ahora, la inversión suma unos 15 millones de pesos, pero ya tienen contemplados al menos dos proyectos derivados para instalar, con una inversión adicional de 20 millones de pesos para un rastro Tipo Inspección Federal (TIF) destinado a procesar dos mil pavos diarios y abastecer con ellos tiendas de autoservicios en todo el país. Y con otros 40 millones de pesos, planean abrir una planta para pasteurizar leche de cabra con capacidad para procesar entre 30 y 40 mil litros diarios y exportarla a Estados Unidos.
“Con estos proyectos se favorece la participación y arraigo en las comunidades, son una alternativa digna y un freno para la migración; es una opción para que el gobierno canalice mejor los recurso públicos a la inversión productiva y que con base al modelo de organización se pueda lograr el apoyo de organismos internacionales”, comenta su principal promotor, el sacerdote católico Marcos Linares.
El cura, párroco del Templo del Sagrado Corazón de Jesús de Atacheo, es quien dirige los proyectos, considerados de alto impacto social, en los que participan 336 familias como.