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“Frances” golpea furioso a Bahamas

El huracán avanza lentamente rumbo a Florida donde miles de refugiados aguardan el paso del fenómeno.

EFE

MIAMI, EU.- El peligroso huracán “Frances” desató ayer su furia sobre Bahamas y ahora avanza lentamente hacia la costa este del estado de Florida donde se espera que su vórtice impacte al mediodía de hoy con vientos de 185 kilómetros por hora.

“Ya lo tenemos muy cerca de la parte baja de las costas de Florida y esto nos ubica dentro del diámetro de acción del huracán. Sus vientos ya están afectando algunas zonas del centro y sur del estado”, dijo Andrés Calderón, meteorólogo del Centro Nacional de Huracanes (CNH), con sede en Miami.

En Bahamas, el huracán ocasionó al menos dos muertos y daños cuantiosos, pero perdió intensidad y descendió a la categoría tres de la escala Saffir-Simpson que llega hasta cinco, pero los expertos siguen considerándolo como muy peligroso.

“Se debilitó un poco al pasar por esas islas y después de subir de latitud, donde las masas de aire son más frías. Es un huracán que hay que tomar muy en serio, descargará lluvias intensas y fuertes”, advirtió Calderón.

“Frances continuaba desplazándose lentamente a 13 kilómetros por hora hacia el oeste-noroeste y se espera algún aumento en su velocidad en las próximas horas.

En esta trayectoria, el vórtice de “Frances” seguirá moviéndose cerca o sobre el noroeste de Bahamas y se acercará a las costa de Florida hoy.

Con esa velocidad de traslación, los meteorólogos temen que ataque a las regiones cercanas a su ruta con vientos con fuerza de tormenta tropical de 63 kilómetros hora, abundantes precipitaciones y peligrosas marejadas que pueden ocasionar severas inundaciones.

Las primeras bandas de lluvia llegaron al mediodía de ayer a Miami Beach, en el sur de Florida, y otras ciudades de los condados de Miami-Dade y Broward, donde hay reportes de interrupciones del servicio eléctrico.

Las condiciones meteorológicas continuarán deteriorándose en el transcurso de la noche de ayer, por lo que continúa en efecto un aviso de huracán para la costa este, desde el norte de Florida City hasta Flagler Beach, incluyendo el lago Okeechobee, en una franja costera de más de 400 kilómetros.

Mientras tanto, entre expectantes y temerosos, miles de ciudadanos llenan los refugios provisionales en escuelas y otros centros públicos organizados por las autoridades del estado de Florida a la espera del paso del temido huracán “Frances”.

“No me importa que se derrumbe mi casa; me importan más mis hijas. Por eso me vine para acá”, dijo la mexicana Paula San Martin, quien ha encontrado acomodo en la escuela pública Robert Morgan, de Homestead, en el sur de Florida.

“Vivo en Homestead. Tenemos mucho miedo porque ya pasamos un huracán y hay que tenerles miedo”, dijo a su vez José Toscano, también mexicano, quien se vino al refugio con sus dos hijos de tres y cuatro años.

Toscano tiene motivos para tenerle miedo a “Frances” porque el 24 de agosto de 1992, el huracán “Andrew” arrasó varios barrios residenciales de Homestead y Florida City con vientos de 230 kilómetros por hora y dejó 23 muertos y grandes pérdidas materiales.

“Después de vivir el huracán Andrew decidí que ya no quería pasar otro susto”, afirmó a su vez la salvadoreña Nora Almodóvar.

Provistos de almohadas, mantas, linternas, radios, agua y alimentos para niños, entre otras cosas, residentes de Homestead, en su mayoría hispanos, se acomodaron en los dos edificios que componen la escuela Morgan.

“Asegurar que mi familia esté a salvo es para mí lo más importante”, declaró la peruana Daniela Aguilera. “Fue difícil dejar mi casa; apenas la compramos y no tenemos seguro, ni dinero para uno. Es una casa móvil. Si perdemos la casa, lo perdemos todo”.

En los pasillos se agolpan argentinos, ecuatorianos, mexicanos, venezolanos, hondureños, salvadoreños y de otras comunidades, en busca de amparo hasta que pase la amenaza del huracán.

La mayoría de los residentes se muestran tranquilos, pero desde luego los más despreocupados parecen los niños, que no dejan de jugar con todo lo que tienen a su alcance en la cafetería del colegio.

Una veintena de voluntarios de la Cruz Roja, al igual que en otros centros provisionales de acogida, atienden las demandas de los “refugiados”, entre ellas, ofrecerles tres comidas al día.

La mayoría de los entrevistados coincidieron en que acudieron al refugio siguiendo las recomendaciones de la Cruz Roja y de personal de Protección Civil emitidas a través de los medios de comunicación, principalmente televisión y radio.

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