Admite Santiago Vasconcelos deficiencias de seguridad en el penal
SUN-AEE
CANCÚN, QUINTANA ROO.- La guerra declarada entre las organizaciones del narcotráfico ha pasado ya al interior de las prisiones donde están sus líderes, lugartenientes y sicarios, ya que la ejecución del sicario Miguel Ángel Beltrán Lugo, “El Ceja Güera”, ocurrida dentro de un penal de máxima seguridad, es un ajuste de cuentas con la organización de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Así lo indicó José Luis Santiago Vasconcelos, titular de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), quien aseguró que el crimen del gatillero pone además en evidencia las deficiencias de seguridad del penal de La Palma, y en general deja en claro que esta prisión es una “bomba de tiempo” ante la cantidad de delincuentes peligrosos que alberga.
También el homicidio pone en alerta a las autoridades, reconoció, ya que es probable que al nombre de Beltrán Lugo se sumen los de otros miembros del narcotráfico que están dentro y fuera de la cárcel, pues el asesinato de este sicario que era importante para el Cártel de Sinaloa traerá una reacción obligada de la gente de “El Chapo” Guzmán.
De hecho, Santiago Vasconcelos reveló que en cateos realizados en abril en el penal de La Palma, “se encontró documentación que nos revelaba las complicidades existentes entre la organización de Osiel Cárdenas Guillén y Benjamín Arellano Félix”.
En los documentos se encontraron órdenes directas de Cárdenas Guillén para que sus sicarios cometieran una serie de homicidios, específicamente para atacar y matar a gente que perteneciera a la organización de “El Chapo” Guzmán.
En este contexto, de acuerdo con la investigación abierta por la SIEDO, se presume que detrás del crimen de “El Ceja Güera” están los cárteles de Tijuana y del Golfo, que ahora son aliados. “Hay aspectos de venganzas. ¿Por qué el “Ceja Guera”? Porque debía haber representado algunos intereses contrarios a los Arellano Félix”, detalló el subprocurador.
Aunque el homicida en apariencia no tiene nexos con el cártel de Tijuana. Se trata de Lucio Don Juan Gobea, de 40 años de edad, y quien está sentenciado a 42 años de prisión por asalto a bancos; fue trasladado en 2001 del penal de Puente Grande, Jalisco a La Palma; su perfil lo hace un perfecto homicida ante la dificultad de comprobar sus nexos con el cártel de Tijuana.
Detalló que además, como parte de la investigación por este crimen, se buscará determinar cómo entró al penal el arma utilizada y con la que se disparó en cinco ocasiones contra el sicario, pues no se descarta incluso la colusión de servidores públicos.
Lucha por el poder
Santiago Vasconcelos detalló que la guerra entre las organizaciones criminales tiene unos protagonistas bien definidos, a través de alianzas que buscan mantener su territorio: por un lado están los Arellano Félix aliados con el Cártel del Golfo y en otro bando está la unión entre las organizaciones de Ismael “El Mayo Zambada”, el “Chapo Guzmán” y los Beltrán Leyva.
Estos grupos, aseguró el funcionario, “viven un escenario de caos y están desesperados”, ya que se les ha impedido continuar con sus actividades de narcotráfico y en busca de espacios para traficar han iniciado una guerra interna.
La violencia es resultado de que “los jefes de las estructuras están luchando dentro de las mismas organizaciones por acceder al liderazgo de éstas, y además porque las zonas de influencia que tenían se resquebrajaron y sus enemigos pretenden apoderase de ellas”.
Este panorama se traduce en una crisis que enfrentan actualmente estos grupos criminales, que ha desatado una violencia de la que ya había alertado Rafael Macedo de la Concha, titular de la PGR.