ENTRESACADO
¿Por qué se llama Gómez Palacio? Porque el próspero empresario y agricultor español condicionó que tal asentamiento humano llevara el nombre de quien fuera maestro, literato, jurista, político, gobernador del Estado y además consejero del presidente Juárez en materia diplomática. Esta condición que Lavín impuso fue aprobada por el gobernador duranguense y la legislatura local en 1887.
Hoy desviamos un poco nuestra atención en el comentario y análisis de asuntos de interés nacional para referirnos al aniversario de Gómez Palacio, nuestra ciudad. Séame esto permitido. Su origen se remonta al año de 1840, algunos dicen que a 1844, en la antigua Hacienda de Santa Rosa, fundada por Juan Ignacio Jiménez, Rafael Mendirichaga, Joaquín Ituribarría, Pedro Mendieta y Julián Illarramendi. Pero como ciudad, Gómez Palacio nace el 21 de diciembre de 1905 cuando el Congreso del Estado de Durango mediante Decreto Número 60 le da tal categoría política al reconocerlo como prodigio histórico, geográfico y económico.
Por eso este 21 de diciembre comienzan formalmente los festejos para celebrar el aniversario número 99 y el inicio del primer Centenario de esta pujante, vigorosa y progresista ciudad, cuna de quien esto escribe, de mi esposa y de mis hijos y que hoy se halla en pleno desarrollo y crecimiento.
Quienes han escrito sobre su origen y evolución, cronistas, historiadores, literatos ?Santos Valdés, Machuca, Rosas- coinciden en señalar que Juan Ignacio Jiménez al adquirir en renta las tierras que originalmente eran de Juan Nepomuceno Flores, cedió a su sobrino Santiago Lavín Cuadra, una extensa superficie de tierras laborables sobre las que éste levantó un emporio agrícola en la Comarca Lagunera siendo el cultivo del algodón la calidad de la fibra, base de su desarrollo y causa de su despegue.
Sus primeros pobladores fueron Ruperto Enríquez y Epigmenio Rodallegas, quienes en 1884 y 1885, respectivamente, fincaron sus casas y este último estableció un comercio gracias a las facilidades otorgadas por Santiago Lavín, a quien en un acto de elemental justicia, debemos reconocer como el auténtico fundador de lo que hoy es Gómez Palacio por la visión que tuvo al encabezar a un grupo de hombres laboriosos que promovieron el desarrollo agrícola, comercial e industrial y por haber proporcionado los medios para que se levantara esta ciudad.
¿Por qué se llama Gómez Palacio? Porque el próspero empresario y agricultor español condicionó que tal asentamiento humano llevara el nombre de quien fuera maestro, literato, jurista, político, gobernador del Estado y además consejero del presidente Juárez en materia diplomática. Esta condición que Lavín impuso fue aprobada por el gobernador duranguense y la legislatura local en 1887.
El 15 de septiembre de 1982 el Congreso del Estado emitió el Decreto Número 3 y declaró día festivo el 21 de diciembre para resaltar su fundación y conmemorar el aniversario de su categoría política como ciudad.
Queremos destacar estos datos de carácter histórico que no tienen ningún rigorismo científico; están tomados de crónicas, ensayos y trabajos literarios de quienes sí se han dedicado a la investigación histórica; nuestra pretensión es que lleguen a los niños y jóvenes de hoy para que a través de ese conocimiento se interesen en su desarrollo y evolución, para que aprendan a quererla, a trabajar por ella y que sepan que su nombre es Gómez Palacio como una forma de extender el recuerdo de quien fue Benemérito del Estado: Don Francisco Gómez Palacio, al cual se le ha rendido homenaje erigiendo en su memoria un monumento ubicado por el bulevar Miguel Alemán.
A 99 años de su nacimiento y próximo a cumplir un siglo, saludamos a la ciudad de Gómez Palacio y al hacerlo evocamos con respeto y admiración a quienes le dieron vida y a los que forjan su presente. A casi 100 años de distancia es ahora un gigante. Cierto que ha tenido malos administradores, algunos regulares, pero la mayoría buenos y otros que han dejado huella ?Galindo Chávez, Rebollo Acosta, Herrera Araluce-. También hijos ingratos que lo traicionaron y otros que por no ser suyos vieron en sus recursos un botín que los enriqueció, a quienes el pueblo repudia y la historia condena. Gobiernos estatales que lo olvidaron y abandonaron a su suerte, con la siempre honrosa excepción. Hoy se encuentra al frente del Estado un Gobierno integrado por políticos jóvenes en quienes tenemos plena confianza y vemos con esperanzado optimismo para que impulsen su despegue definitivo. Un ayuntamiento conformado en la pluralidad que la democracia ha motivado y cuyos integrantes quieren trabajar para transformar su imagen y embellecer su rostro con aplicación transparente de los recursos públicos que beneficien real y directamente a la sociedad.
Modesta población ayer, Gómez Palacio se yergue hoy como una gran ciudad, con problemas y carencias indudablemente, pero también reflejando un avance indiscutible. Quienes aquí nacimos y nos forjamos, quienes hemos sido testigos y partícipes, en muchos casos de su trayectoria evolutiva, así lo afirmamos. Habitado por un pueblo noble y esforzado, cuna de la mística revolucionaria; en el quehacer diario de su gente, Gómez Palacio traza su destino promisorio pleno de realidades. Oportunidad propicia es el Centenario de su vida como ciudad para convocarnos a que en la unidad y en la concordia sigamos trabajando para fortalecer su esencia y construir su futuro.
r-munozdeleon@yahoo.com.mx