Reconocen pobladores el esfuerzo del Ayuntamiento, pero aseguran que la situación es desesperante
EL SIGLO DE TORREÓN
CD. LERDO, DGO.- Mientras a cuenta gotas llega el agua a Villa Nazareno, en Picardías, desde la semana pasada que el equipo de bombeo se desarticuló, reciben de manera insuficiente el líquido vital a través de una pipa que manda el Municipio.
La situación en ambos poblados es lamentable. Aunque sus habitantes reconocen el esfuerzo que el Ayuntamiento está realizando, no dejan de mostrar desesperación por la situación que enfrentan en una época tan calurosa.
El Siglo de Torreón realizó un recorrido por estas comunidades. En Villa Nazareno, el reloj marcaba unos minutos después de las 11 de la mañana. Un sol quemante envolvía el lugar. La tierra seca parecía hervir. La piel de la gente está curtida por los fuertes rayos del sol. En el rostro de las amas de casa, la angustia y desesperación son evidentes.
Tal es el caso de Leonarda García, quien vive en la calle Nicolás Bravo número 53. Frente a su casa, hizo un pozo donde de una manguera se abastece de agua. Sus pies desnudos parecen estar acostumbrados a la tierra caliente. Ahí estaba esperando almacenar agua en dos cubetas. Su enojo es evidente cuando descubre que el líquido no sube.
Explica que de la mitad del mes de abril hasta mediados de mayo, no tuvieron agua porque se descompuso la noria. Los habitantes que se vieron más perjudicados fueron los que sitúan sus hogares al lado izquierdo de la curva de la carretera. Las pipas de agua vinieron a remediar un poco la situación.
“Pero se supone que ya las arreglaron, sin embargo en este sector el agua no sube, uno tiene que esperar hasta las dos o tres de la mañana para juntar un poco, pero a la pobre gente que vive a las faldas del cerro, no más no les llega, hasta allá van las pipas”.
En ese lugar vive Silvia Solano Ramírez, quien dice que aunque éstas sí van, es insuficiente, pues no alcanza para hacer el quehacer y bañarse. Informa que ella duró una semana y media con fiebre, diarrea y vómito “por el agua mala”. Dice que a los niños del kinder los dejan salir temprano porque no hay agua en el lugar.
Picardías
La pipa del Municipio pasaba frente a la casa de Herminia Ríos Gamboa y José Luis Hernández Ríos. Madre e hijo estaban enojados porque el chofer del vehículo no depositó el agua en los tambos situados al frente de sus casas. De la vivienda de al lado, María Celia de la Rosa, quien cargaba a uno de sus cuatro retoños también se molestó.
Esta joven ama de casa comenta que están cansados de carecer siempre del líquido vital. “Esta vez es porque se descompuso la bomba, pero siempre estamos sin agua”. Al otro extremo del poblado está Picardías Siete Libras, una comunidad donde sí tienen, al grado de dejarla correr por las banquetas de las casas. De ahí los vecinos de Picardías, se abastecen cada tercer día, gracias a la buena voluntad de los vecinos.
En las arterias de la comunidad, tanques y tinas de todos tamaños se aprecian. Ahí la gente las coloca para cuando pasen las pipas. Pero de acuerdo a los vecinos, no completan con la porción que les dejan.
Eran poco más de las 12 del día y Casimiro Calderón Sánchez, presidente del Comité de Agua Potable de este ejido, en compañía de un grupo de amas de casa, esperaba el arribo del alcalde, Luis Fernando González Achem –quien nunca llegó-, para concretar un apoyo económico de la mitad de los 34 mil pesos que cuesta la compostura del equipo.
Explica que anteriormente se había descompuesto la bomba y el Ayuntamiento lerdense los apoyó en su reparación a través del Ramo 33. En esta ocasión el equipo se desarticuló por completo y ya está en el taller Gallegos, ubicado en Gómez Palacio, Durango. Llevan 12 días sin el vital líquido.
“Esperamos la llegada del ciudadano, porque Fernández Achem comprometió su palabra de apoyarnos con el 50 por ciento del total de la compostura y la otra mitad nosotros, pues la gente no puede estar viviendo sin agua –son 320 usuarios, cerca de dos mil 500 familias afectadas-”.
