Sara, la madre de Juan Bautista dio a luz a los 90 años de edad. Pareciera que a varios miles de años de distancia la edad materna avanzada y el embarazo no han perdido actualidad.
Los nuevos conceptos sobre la reproducción humana y los cambiantes hábitos sociales y culturales han dado un giro impresionante respecto a la edad materna avanzada y el embarazo. Las mujeres de más de 40 años que se embarazaron en la década de 1960 generalmente estaban teniendo a su ultimo hijo, mientras que las mujeres de edad similar en la década de 1990 estaban teniendo a su primer hijo. La mujer moderna decide posponer su maternidad en aras de mejores oportunidades académicas, profesionales y económicas.
Este fenómeno de madres maduras obedece también a los avances en medicina de la reproducción. Las tasas de fertilidad en mujeres mayores de 30 años, incluso en aquellas cercanas al climaterio, son en la actualidad aceptables. Pacientes con problemas de esterilidad, falla ovárica prematura e infertilidad tienen en este nuevo arsenal terapéutico una oportunidad que parece ir mas allá de la propia edad. Sin embargo, el embarazo y sus complicaciones en estas mujeres han sido de amplia controversia. No hay una edad precisa mas allá de la cual una mujer se vuelve mas susceptible a complicaciones; la edad de 35 años se utiliza a menudo como limite de corte. Reportes clásicos a este respecto mencionan altos índices de morbimortalidad materna y perinatal. Comunicaciones recientes sugieren por otro lado, que una asistencia obstétrica adecuada y estrecha en este tipo de embarazos da resultados satisfactorios, aun en mujeres de 45 años o más.
Durante la década de los 80 debido a que un creciente numero de mujeres mayores frecuentemente bien instruidas retrasaban la maternidad, inició un fenómeno cultural y reproductivo que dio pie a un novedoso término: edad materna avanzada. Este término suplantó en cierta forma lo que antes se conocía como madre añosa, adjetivo que inicio su modificación a partir del reporte de la Dra. Kirz en 1985. esta nueva modalidad de madres maduras propició un aumento significativo en las tasas de nacimiento en mujeres mayores de 35 años. Tan sólo entre 1970 y 1990 el porcentaje del primer nacimiento entre las mujeres de 30 a 39 años se incrementó en un 100 por ciento y para aquellas entre los 40 y 44 años el aumento fue del 50 por ciento. Esta tendencia continúa aumentando entre mujeres de más 30 años.
Un factor sin duda decisivo en esta maternidad retrasada lo constituye la actual expectativa de vida. Mientras que en 1940 el promedio de vida de las mujeres se situaba alrededor de los 65 años, en 1980 dicho promedio aumentó a 78 años, por lo cual se espera que al final del actual milenio la mujer perdure 80 años o más. Al mismo tiempo, la clara evidencia de una sociedad moderna más exigente y productiva ha orillado a la mujer a una preparación académica constante.
