La menopausia tiene muy mala fama. Esta fase natural de la madurez femenina se asocia despiadadamente a una caída en picada hacia la vejez con innumerables trastornos físicos y psíquicos. Esta falacia, más que el cambio biológico, es la responsable de que muchas mujeres se encuentren emocionalmente mal. Cuando la niña presenta la menarca, en algunas clases socioculturales, se les felicita por entrar al mundo de las mujeres; en otras clases, no le dan importancia alguna; aún en otras, se les castiga y se les reprime todo contacto con la propia sexualidad y con los muchachos para que no inicien una vida sexual activa ?antes de tiempo?.
Sin embargo, casi se podría decir que generalmente, cuando una mujer dice que ha entrado a la menopausia, se le mira con lástima, con compasión y casi se puede escuchar un murmullo de ?pobrecita?. Nuestra sociedad, todavía marcada por escala de valores masculinas, no tratan bien a las mujeres cuando se hacen mayores. El culto a la juventud, a la perfección corporal, ataca específicamente a la mujer mayor. Todo esto confluye para que aparezcan o aumenten miedos ancestrales de la mujer ?ya no soy atractiva? ya no me van a querer? ya no soy deseable? soy estéril y por lo tanto inútil? me he convertido en un ser amorfo y asexuado?. La pérdida de la flexibilidad, la sensación de tener alma, el cuerpo y la vida vacías, la insatisfacción y el miedo junto con la desolación y la desesperanza, son los verdaderos trastornos que la menopausia trae consigo.
Quizá la ginecología moderna haya hecho mucho para transmitir el mismo mensaje ya que considera que muchas de las manifestaciones normales de este periodo necesitan tratamiento y por lo tanto, son patológicas. Se considera que todos los síntomas son causados por disminución estrogénica y que urge corregirlos. La verdad es que muchos médicos varones se asustan por no entender a la mujer y sus deducciones no siempre son las correctas. Podrán ser lógicas pero también pueden estar erradas. Que conste que las mujeres médicos no están libres de responsabilidad. Van a la misma escuela que los varones, aprenden las mismas cosas, los mismos mitos y a las mismas supersticiones y las damos por sentadas como axiomas inmunes al cuestionamiento ¿soy rara porque no siento lo que dicen los libros? ¿Y si realmente las mujeres somos como lo indica la bibliografía?
La mujer tendrá que adaptarse nuevamente a los cambios que su cuerpo le va marcando, puesto que nuevamente está buscando un equilibrio. Algunos médicos han visto la menopausia como una ?enfermedad carencial? por detrimento estrogenito, lo cual, puede seguir en la mente de la mujer que está siendo afectada por un error de la naturaleza o como una broma de mal gusto por el hecho de ser mujer.