De 2001 a la fecha se han reportado tres plagios en la Comarca
EL SIGLO DE TORREÓN
COMARCA LAGUNERA.- Mientras que en el Distrito Federal y seis estados aledaños impulsan penas severas para los secuestradores, en Coahuila y Durango los castigos más elevados pueden ser de 50 a 60 años de prisión. En la región, las pocas familias afectadas confían en las autoridades y es mínimo el registro de negociadores privados para liberar víctimas.
En términos reales, la llamada ola de secuestros a nivel nacional es exagerada, considerando que en Coahuila se han registrado dos plagios en cuatro años y en Durango se han investigado también satisfactoriamente delitos similares desde 2001 a la fecha.
A nivel Comarca Lagunera, los números son menores y se habla de tres secuestros en el mismo lapso. En la mayoría de los casos, los presuntos responsables han sido detenidos y sentenciados. Sólo cuatro cabecillas siguen prófugos.
Gerardo Pérez Pérez, delegado de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), dice: “El delito de secuestro en Coahuila, tiene números envidiables, las bandas detenidas, los sujetos procesados, con sentencias largas, en unos de 27 años, otros de 50 años”.
El secreto es simple: en La Laguna hay un grupo especial, creado para el combate a los secuestros. “Funciona, con un jefe de grupo bastante versado, el comandante Ruiz Arévalo, con quien se han resuelto la mayoría de los delitos”.
El delegado sostiene que el temor nacional a la nueva ola delictiva, ventilada en los medios electrónicos nacionales, se debe plantear con cuidado. “Si bien aquí no hay tal situación, esto no quiere decir que no haya hechos antisociales, pero no en la proporción de otros estados”.
En el debate hecho por los gobiernos del Distrito Federal, Estado de México, Tlaxcala, Puebla, Hidalgo, Morelos y Veracruz, las opiniones se dividieron en la aplicación de la cadena perpetua, como método para combatir el secuestro.
Joaquín Saucedo Flores, subprocurador de Justicia en La Laguna de Durango, comenta que la cadena perpetua no es una alternativa: “La Constitución habla de una rehabilitación”. Pero también reconoce los casos en que el sujeto activo no es integrado plenamente a la sociedad.
Para sustentar su oposición a la cadena perpetua, dice que en Europa, sí creen en la rehabilitación y las penas no son elevadas. “En México, lo que sucede al aumentar la prisión, es que el sujeto sale más a disgusto con la sociedad y hay mucha oportunidad de que reincida”.
Respecto a la penalidad establecida en Durango para los plagiarios, el Subprocurador muestra que en el nuevo Código Penal, el secuestro alcanza una pena de hasta 50 años de prisión.
Regular negociaciones privadas
Entre los funcionarios estatales que trabajan para fijar nuevas estrategias comunes, existe la inquietud de regular a las empresas privadas de seguridad, que ofertan asesoría en la negociación de rehenes.
El director de Seguridad Pública en Torreón, Javier Gutiérrez Pesquera, es categórico al señalar que tales negociaciones no deben existir y menciona una excepción. “Salvo en el caso de algunos secuestros, hemos visto que cardenales, obispos, sacerdotes, amigos de la familia agobiada, se ofrecen como mediadores”.
Aún más escéptico, dice: “Que compañías profesionales, de lucro, intervengan, se antoja que puedan ser promotoras del mismo delito”. Y como ejemplo cita que hace años, las compañías aseguradoras entregaban a los policías un porcentaje del auto recuperado con reporte de robo, situación que ocasionó que se incrementaran las denuncias por el citado delito.
Para Arturo López Aguilera, director de Seguridad Pública de Gómez Palacio, el secuestro es un delito de los más viles, que afecta a toda la familia y que debería ser castigado con cadena perpetua.
Sobre la regulación de las empresas privadas, dice que en otros países, donde se aplican los seguros contra secuestros, hay intervención legal.
“Pero en México se prohíbe tal práctica, ya que la autoridad debe actuar. De otro modo, si no hay capacidad o conocimiento en la empresa privada, se corren muchos riesgos”, opina.
Saucedo Flores señala que sería grave aplicar un castigo a la familia o a las personas que ayudan en la liberación de una persona y explica que los afectados recurren a los servicios privados por la desconfianza que hay en las autoridades.
“A nivel nacional, se tiene conocimiento de casos donde las policías estaban coludidas con los secuestradores, motivo por el cual los interesados prefieren arriesgarse y contratar a especialistas, con el riesgo que eso conlleva”, indica.
Gerardo Pérez señala que en Coahuila no está presente el problema para la regulación de las empresas privadas de seguridad. Respecto a las entidades que enfrentan el problema, señala: “La verdad evidente es que, donde los cuerpos policíacos tienen una media capacitación, entonces, hay empresas que pueden tener seriedad, sin embargo, se puede incurrir en un delito, al sustituir a las autoridades.
Como política criminal, desde hace muchos años en la región, los secuestradores no tienen ningún beneficio. Otra de las propuestas de los siete Estados que enfrentan el problema del secuestro, fue la de ubicar a los plagiarios en cárceles de máxima seguridad o exclusivas.
El funcionario de la PGJE señala sobre los internos de los penales: “Tenemos a todos los cangrejos en una sola tina. Lo que falta no son previsiones legales, sino recursos para echar a volar tratamientos penitenciarios que sean alternativos a la zona de reclusión”.
Repunte controlado
Durante 2003, en el Estado de Durango hubo un repunte en el número de secuestros. “De los seis casos registrados, cinco fueron resueltos, se detuvo a los participantes y sólo algunos cabecillas siguen prófugos”, informó Gilberto Estrada Quiñones, comandante regional de la Policía Ministerial.
El jefe policíaco señala que en su momento, la incidencia de plagios encendió un foco rojo en la entidad, pero con la respuesta de las autoridades, se logró disuadir a los delincuentes e incluso se piensa que fueron exportados.
“Tenemos estrecha vinculación con los gobiernos de otros Estados de la República, donde cotejamos el modus operandi de los secuestradores, para ver si coinciden con los que tenemos pendientes”. En el año 2004 hay registro de tres plagios, todos resueltos favorablemente.
En sus más de 20 años de experiencia, Estrada Quiñones cataloga los secuestros en la entidad en tres tipos: los ajustes de cuentas, los económicos y los ideológicos, la mayoría bajo la sombra del crimen organizado.
Los últimos secuestros se asocian más a las dos primeras categorías, ya que la ideológica, operó en la región durante los años 70 y se caracterizaba, además de pedir un rescate monetario, en la petición de liberación de ciertos reos o se cometían en agravio de figuras importantes de la sociedad.
El secuestro es cometido por especialistas o improvisados, aunque también los hay intermedios. Tal es el caso de los plagios cometidos por la banda de “Los Modelos”, jóvenes universitarios de clase acomodada, que actuaban bajo la batuta de un ex elemento de la Agencia Federal de Investigación.
Respecto a las propuestas planteadas por los gobiernos del Distrito Federal, Estado de México, Tlaxcala, Puebla, Hidalgo, Morelos y Veracruz; Estrada Quiñones se pronuncia a favor de prisiones exclusivas para los secuestradores, a cargo del Gobierno Federal.
Sobre si se debe tipificar o no el “secuestro express”, el comandante Estrada opina que el término es un modismo surgido en el Distrito Federal, que al fin de cuentas, es un secuestro. “No hay dudas, en el Código Penal viene establecido”.
NÚMEROS
Los secuestros en la Comarca Lagunera han sido pocos. En Coahuila el panorama es halagador y en Durango se busca bajar los índices.
2 en Coahuila, en cuatro años.
3 en Durango en 2004.
4 en Durango durante 2001.
4 en Durango durante 2002.
3 en Durango durante 2003.
FUENTE: Policía Ministerial