EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- La llegada del frío hizo que Rosa Ávila y su esposo José Luis Carrillo volvieran a mirar hacia el cielo: ?de Dios es el único del que obtenemos ayuda?, dijeron.
Ellos, al igual que otras familias de la colonia Nueva Laguna Sur, en condiciones de pobreza, que no han podido sustituir los techos de cartón por losas y las paredes de láminas por otras de concreto, transcurrieron la madrugada y la mañana de ayer expuestos a las bajas temperaturas que se dejaron sentir, temerosos de que el fuerte viento volara las láminas y terminara de destruir los plásticos que intentaban protegerlos de las lluvias.
Para Rosa y su marido, quienes comparten su vivienda de la calle Florida con dos de sus hijos y sus nietos, una de las maneras más inmediatas de guarecerse del frío era colocar rellenos de esponja o periódico en los huecos que se forman entre las láminas del techo y las vigas de madera que las sostienen.
?Lo bueno es que están clavadas y el aire no las pudo desprender?, dijo José Luis, mientras partía unas ramas de árbol para convertirlas en leña, señalando que era necesario conseguir cartón y láminas negras para reforzar los techos.
Antiguo trabajador en la compra venta de ganado, José Luis está físicamente impedido para trabajar desde hace tres meses, desde que un becerro le provocó una caída y lesiones en la columna que no le permiten caminar bien.
?Cuando trabajaba no pude invertir en la construcción del techo, todo era para mal comer... ahora es más difícil?. Su hijo Luis Carlos trabaja como soldador pero no tiene Seguro Social y su bajo sueldo no le permite más allá de una precaria alimentación para sus padres, su esposa y sus dos hijas.
Rosa Ávila mencionó que su hija también se quedó sin empleo hace poco y es prácticamente imposible arreglar la vivienda, por lo que avizoran una temporada fría muy difícil.
?Mi hijo fue a solicitar apoyo del programa de Techo Lagunero, pero le dijeron que no, que se esperara para después y no le dijeron por qué?, recordó.
Por esta razón, la familia Carrillo Ávila consideró que las ayudas que se proporcionan a las familias de escasos recursos son insignificantes, ?a veces, por medio de los líderes, dan hules para los techos pero éstos los parten en dos, por lo que no alcanza ni para la mitad de un cuarto... los programas sólo sirven para que quienes los manejan se beneficien?.
Frío y miedo
Sanjuana Retana tuvo miedo de que el techo de tablilla de su jacal se viniera abajo; su mayor preocupación es conseguir cobijas y ropa abrigadora para sus siete hijos.
En los siete años que ella y su familia tienen viviendo en la calle Mieleras de la colonia Nueva Laguna Sur, no les ha sido posible terminar la construcción de una casa que los proteja del frío, pues su esposo vende trapeadores y gana muy poco dinero.
Refirió que la madrugada de ayer permaneció despierta cuidando que el techo no se cayera debido a la intensidad del viento, preocupada por los niños más pequeños ?pues como quiera los grandes se dan cuenta y pueden salir corriendo?.
Al igual que otras viviendas, la de Sanjuana está ?colgada? a los cables de energía eléctrica; casi milagrosamente ésta no fue interrumpida en la colonia a pesar del ventarrón, como sucedió en otros sectores de la ciudad.
La madre de familia consideró que son afortunados quienes tienen losas como techos y paredes firmes para protegerse, ?uno se las verá difícil todo este tiempo?.
