EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

A mitad del camino

Patricio de la Fuente

Segunda de tres partes

Lo de José Luis Borges estimo fue un error gramatical en el peor escenario posible (la Real Academia) que también pudo verse transformado si nuestro Presidente hubiera mostrado la misma habilidad mediática de los tiempos de campaña. No es necesario ya hablar de “alimañas, víboras prietas y tepocatas”, pero menos aún lo es seguir apegado a un discurso que ya comienza a ser añejo y aburrido pues cual monarca priista de antaño; también muestra signos de vejez. Fox necesita de un equipo de medios de comunicación acertado del cual carece por completo: Marta Sahagún cumplió una labor efectiva cuando los tiempos de la candidatura pero hoy –además de estar ocupada en otros enseres alejados del tipo doméstico- tampoco hubiera tenido los tamaños para fungir como vocera del otrora hombre más poderoso de México. ¿Y si se recontratara a José Córdoba Montoya por aquello de contar con un Rasputín que genere ideas y mueva hilos desde lo oscurito? ¿Quién está actualmente fungiendo como super asesor presidencial? ¿Quién escribe los discursos, o es que Vicente Fox es muy afecto a salirse del guión?

Fox fue ciertamente un exitoso ejecutivo de la Coca Cola pues siempre ha mostrado su capacidad de emprender y a juicio de un amigo que trabaja para tan importante empresa: la capacidad de decisión es fundamental si se pretende acceder a los altos niveles de la corporación. Para tristeza del pueblo mexicano, las decisiones que toma don Vicente distan mucho de sus épocas como empresario, bueno, que guardada la justa proporción ni debería yo de estar comparando. Empresario o político, Fox siempre ha tenido las mejores intenciones y en repetidas veces nos mostró con gallardía que, cual la leyenda del Ave Fénix, ha sabido salir del fango.

El pantano político, a diferencia, está lleno de bichos que le han querido hacer la vida de cuadritos. Enemigos los hay por todos lados y poco a poco iremos tratando de dilucidar quiénes son, ponerles nombre y apellido. Para mí el más vistoso, con mayor ambición de poder y quien agarra los pocos reflectores se apellida Fox o como diría el cantautor Napoleón: “ella se llamaba Martha”. No nos toca a nosotros cuestionarnos los intereses del vínculo matrimonial, lo que tan claro como el agua resulta es que la primera dama funge un rol completamente inapropiado, de competencia desmedida o socia del club de mártires del que precisamente estamos hartos en este país. ¿Tan poquitos cerebros tenemos como para que dicha dama se dedique a robarle cámara a su gris marido? A mí ni me pregunten, pero lo cierto es que me parece de una frivolidad insostenible su “preocupación” hacia las clases marginadas cuando formula tan delicados comentarios desde revistas del corazón que retratan cuán cursi puede llegar a ser el hombre si permite el ego se desborde como chorro o balde de agua fría. “Por el amor de una mujer, jugué con fuego sin saber, que era yo quien me quemaba”...

Sí, necesitamos de un vocero oficial que abarque a todo el poder ejecutivo pues los dimes y diretes de Vicente Fox nos ponen en ridículo por todo lo ancho del planeta. Seguramente las cosas marchan bien en muchos rubros y nadie se ha dado cuenta pues los canales de comunicación andan chuecos. ¿Y luego qué pasó con los “headhunters”? Tildar al gabinete entero como una bola de incompetentes me parece un acto peligroso, pues en ciertas secretarías de Estado se trabaja bien; en las más no existe un elemento indispensable para cualquier buen gobierno: la coordinación.

Andan diciendo que deberíamos regresar a los tiempos del PRI pues ellos, mal que bien sabían hacer que el barco llegara a buen puerto muy a pesar de los naturales vendavales y ya picados muchos afirman que dentro del PAN nadie tiene experiencia. No coincido con lo anterior ni tampoco creo que el blanquiazul esté gobernando: recordemos que Vicente Fox nunca fue realmente un panista de hueso colorado y parte de su campaña y el desenlace –nos guste o no- fue gracias a amigos como Lino Korrodi, personaje hoy vilipendiado y hasta parece que corrido de Los Pinos por la insaciable Primera Dama.

¿Debería ser Vicente Fox el verdadero presidente nacional del PAN? No, tampoco aquí vale un tono visceral tan desmedido; pero por lo menos debería existir –también en dicho caso- una serie de estatutos en los que todos los miembros se pongan de acuerdo: cohesión al estilo PRI, no tan fuerte o castrante pero sí de permanente diálogo. Al final de la historia, el que Luis Felipe Bravo Mena o Felipe Calderón se la pasen desdiciendo al Presidente no deja bien parado a nadie. De las anomalías dentro de este organismo también vía electrónica se entera la opinión pública, aquella que esperemos castigue de forma ejemplar a sus partidos si no quiere las muy endebles condiciones que hoy experimentamos acaben por irse al trasto y llevarnos a todos consigo.

Uno de mis cuatachos, aquellos que cuentan con información de primera mano –trabaja en la Secretaría de Gobernación- compara la dependencia con la afamada Torrre de Babel, aquella en donde efectivamente hay actividad y diariamente se entretejen redes pero finalmente nadie habla el mismo idioma. Dentro de los absurdos que encuentra (y vaya que hay muchos) es el desconocimiento que en temas políticos muestra Santiago Creel y que a fin de cuentas lastiman al Presidente. ¿Aquí tampoco hay para dónde hacerse y contratar un experto en la materia? Ya por ahí dije que para dicho organismo sería positivo contar hasta con un dinosaurio político capaz de tender puentes con las instancias legislativas.

Continuará.....

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 88436

elsiglo.mx