EFE
LOS ÁNGELES, EU.- La sombra del Oscar acompaña a Pedro Almodóvar y su Mala Educación a su paso por Los Ángeles, donde la crítica le habla de premios y él sólo tiene oídos para el resultado electoral en Estados Unidos.
"En estos momentos parece que uno hace cine para que le den premios y esa no es la razón", comenta el realizador manchego.
Pese a su aclaración, la idea de vincular el nuevo estreno de Almodóvar a un posible Oscar está en la mente de todos en Hollywood.
Al fin y al cabo sus dos últimas visitas profesionales a la meca del cine le aportaron sendos Oscar, primero como mejor película extranjera con Todo Sobre mi Madre y luego al mejor guión original con Hable con Ella, que también fue candidata a mejor director.
En el caso de La Mala Educación, la cinta ha vuelto a quedar fuera de la categoría de mejor película en lengua extranjera, ya que la Academia española seleccionó Mar Adentro para los premios.
Sin embargo, la cinta ha sido mencionada en la prensa como una gran ausencia en esta categoría, además de una posible presencia una vez más en el apartado que reconoce el mejor guión original.
"Por lo que me dicen es una categoría para alguien como yo, que escribe historias más personales", añade con algo de modestia.
Almodóvar no se quiere creer estos rumores, pero sabe que si Hollywood adolece de algo es de guiones originales e incluso dos cintas en castellano tan comentadas en estas fechas como Mar Adentro y Diarios de Motocicleta son historias adaptadas.
Pase lo que pase con La Mala Educación a la hora de los Oscar, Almodóvar tiene más historias qué contar y sus jornadas en Los Ángeles alternan las entrevistas y la promoción con su trabajo diario en sus próximos guiones.
"Diría que tengo dos guiones, pero en realidad son cuatro, lo único que me da vergüenza admitirlo", añade con un punto de sonrojo. "No sé de dónde me sale esta vena tan trabajadora", añade.
El que lleva más avanzado es Volver, una comedia "con muchas chicas" que transcurre entre tres generaciones de mujeres en un mundo que Almodóvar conoce bien, pues se trata "de gente que viene del pueblo a una barriada de Madrid".
"Es el que mi hermano (Agustín) quiere que haga. La gente quiere una comedia y yo me siento como ¡Dios mío, no hago lo que se espera de mí!", afirma tras una filmografía reciente de historias más personales, alejadas de la locura de otros éxitos como Mujeres al borde de un ataque de nervios.
Ya tiene guión para Banderas y Cruz
Almodóvar no sabrá si éste es su próximo proyecto hasta que no acabe el guión. Quizá al final le gane la mano Tarántula, la adaptación en la que ya lleva cinco años trabajando y en la que ya no hay cabida para los papeles que había pensado para Antonio Banderas y Penélope Cruz.
"Donde sí me sale algo para Penélope es en cualquiera de los otros dos guiones y tengo muchas ganas de volver a trabajar con ella", afirma sobre una de sus musas.
La posibilidad de trabajar en Hollywood la ve cada vez más lejana, aunque el filme Brokeback Mountain que ahora está dirigiendo Ang Lee le hizo dudar durante mucho tiempo.
En Hollywood también quieren trabajar con él y actrices como Kirsten Dunst aseguran que sólo se quitarían la camisa por él, mientras veteranas como Susan Sarandon le piden un papel de "americana que hable muy mal español" en sus películas.
"Me da rabia, porque son actrices que adoro y estoy seguro de que me llevaría muy bien (con ellas), pero todo depende del idioma", suspira.
En estos momentos, de paso por Estados Unidos (EU) cuando se celebran unas elecciones presidenciales muy reñidas, hay algo más que le preocupa.
"Estoy que me muero de curiosidad", asegura apesadumbrado por no poder votar en unos comicios en los que dadas sus repercusiones para el resto del mundo "deberíamos de votar todos".
Se muestra esperanzado con el resultado de las elecciones, "pero claro -dice-, no sé lo que piensan en Atlanta", en referencia a la llamada "América profunda", por la que no ha pasado.
"En mi opinión, el mundo está muy mal y (el presidente George W.) Bush es uno de los grandes peligros para todo el mundo", resume.