Con amor y dedicación se mitiga el sufrimiento de niños que han llegado a la Casa Hogar del DIF
Chuy y Bryan son muy distintos entre sí, pero tienen un lazo que los une, el cual los hace hermanos aunque no compartan su árbol genealógico. El primero nació hace aproximadamente 16 años; el otro tiene apenas tres años descubriendo el mundo.
En algún tiempo, Chuy gozó, como todos los infantes, de la alegría de meter un gol en la clásica ?cascarita?, de jugar carreras con sus amigos, de platicar con sus seres queridos. Era un niño normal, lleno de energía. ¿Cuántos sueños tendría en su cabeza? Quizás quería tener una profesión y formar una familia, pero, hoy, eso casi es imposible.
No ha visto a su madre desde que cumplió nueve años, desde el momento mismo en que lo abandonó en un hospital debatiéndose entre la vida y la muerte producto de una golpiza que le dio su padrastro. No era la primera vez que lo maltrataban físicamente, pero en esa ocasión la tabla que azotó su cuerpo fue demasiado cruel; lo dejó marcado para el resto de su vida.
Sin consideración alguna, los tablazos se estrellaron en todo su cuerpo, pero su cabeza no resistió; le causaron un daño neurológico muy severo. El culpable salió libre sin mayor problema, pagó una fianza y se olvidó del caso.
Pero las consecuencias de sus actos no se borran; están presentes en Chuy. Ahora ya no corre, no habla, no se mueve y está condenado a una silla de ruedas. Sus maestras dicen que es muy inteligente, entiende lo que dicen y, conforme a sus posibilidades, establece comunicación. Su voz es tan sólo un gemido, pero sigue siendo un ser humano que requiere sentirse amado.
El pequeño Bryan también conoce lo que es el dolor. Su madre, adicta a las drogas, se lo hizo presente desde que era un bebé. Con su grupo de amigos drogadictos apaleaban al niño sin consideración alguna, lo quemaban, le arrancaban el cabello. Superar tal trauma no fue fácil, pero por fortuna las esperanzas para él aún no mueren; está bien de sus facultades mentales y con la ayuda de buenos prójimos se le augura un futuro promisorio, aunque su madre no ha vuelto por él.
Así, estos dos seres se unen, tan distintos pero a la vez tan identificados, forman parte de la estadística del maltrato infantil pero, por suerte, ahora están en buenas manos en la Casa Hogar del DIF Estatal.
TODO POR AMOR
Es necesario retroceder unos cuantos años para conocer la larga historia de lucha de esta noble institución, pues de esta forma se pueden apreciar mejor los logros alcanzados. El primer antecedente que se tiene sobre esta clase de asilos infantiles data de 1866, cuando un grupo de damas vicentinas, al percatarse de la necesidad de ayudar a los niños desprotegidos, acudió a la emperatriz Carlota, quien donó 500 pesos. Con ese dinero se fundó en el mes de abril del mismo año el Hospicio San Carlos.
En 1995 se cambia el concepto y nombre del hasta entonces internado Francisco Zarco por Casa Hogar; sin embargo, se dio una etapa de transición con el que dejó de ser guardería.
El inmueble, que hasta el año próximo pasado fungió como instalaciones del refugio, contaba con 135 años de antigüedad y resultaba insuficiente para brindar atención de calidad, por lo que era apremiante contar con un nuevo espacio. De esta forma se consolidó el proyecto del nuevo edificio.
LOS RESIDENTES
Actualmente la Casa Hogar atiende a 80 niños: 11 en el área de lactantes, maternales son otros 11, en preescolar 48, escolares 36. En el caso del área especial, son 18 pequeños los albergados.
Las causas por las que ingresan estos infantes son variadas; puede ser por abandono, víctimas de un medio hostil y violento que limite o impida su sano desarrollo, discapacidad por secuelas de maltrato o, bien, hijos de enfermos, personas privadas de su libertad o con conductas antisociales.
Al momento de llegar a manos de las personas que laboran en el lugar, un gran porcentaje de ellos presenta ciertas características psicológicas entre las que se encuentran un sentido de pertenencia dañado, pobre autoestima, dificultad para establecer relaciones interpersonales sanas y conductas autodestructivas, entre otros.
Para lograr la rehabilitación, por así decirlo, debe pasar algún tiempo, ya que en ocasiones, más que su cuerpo, su alma tiene heridas difíciles de cerrar.
NOVEDOSO SISTEMA
Si bien es cierto ahora la Casa Hogar cuenta con una propiedad adecuada para el esparcimiento de los chiquillos, esto no es garantía de un buen cuidado. Por tal motivo, el modelo educativo se ha modernizado y humanizado aún más, para lograr impactar a sus habitantes de una forma efectiva.
Le llaman atención materno-familiar, en donde se le da al niño o niña maltratado una ?madre cuidadora? compasiva que alivie los efectos y consecuencias del ultraje sufrido con sus padres biológicos.
Cada madre cuidadora está al frente de mínimo cinco y máximo nueve hijos. En punto de la una y media de la tarde, la madre sustituta llega al hogar, realiza algunas acciones de limpieza y cuando el reloj lo indique irá por los niños a la escuela (están en planteles cercanos a la Casa Hogar).
Por la tarde les ayuda con sus labores, convive con ellos y logra establecer un vínculo afectivo con el único objetivo de lograr el desenvolvimiento de sus hijos en todas las áreas.
Pero el turno de la mamá termina a las diez de la noche; sin embargo, los niños no se quedan solos, pues tienen una ?tía cuidadora?, la que los baña en la mañana, les da el desayuno y los lleva a sus clases.
LA ORGANIZACIÓN
Existen nueve villas; cada una de estas cuenta con tres recámaras, dos baños completos, estancia, cocina, comedor y patio de servicio. Cada familia tiene miembros de diferentes edades y, en el caso de hermanos consanguíneos, no los separan, siempre y cuando sean del mismo sexo.
El almuerzo y la cena son en casa; la comida de medio día se sirve en el comedor general en mesas de diez sillas. Después de ir a la escuela, los pequeños asisten por las tardes a talleres impartidos en las mismas instalaciones, tales como artes, música, deportes, danza, manualidades y computación.
La familia asiste una vez a la semana a terapia grupal al Departamento de Picología, pero cada menor tiene atención personalizada en esta área. Los fines de semana participan en actividades recreativas o culturales, pero no se descuida el aspecto espiritual, pues cada domingo, puntuales con el repicar de las campanas, van a misa.
OBJETIVOS
Este modelo tiene como finalidad lograr un nuevo sentimiento de apego sano y un sentido de pertenencia hacia una madre que sí lo quiere y le propicie, en su momento, la reconstrucción de una identidad sana. Con estos elementos será más fácil para el menor reintegrarse a su familia o, bien, le sirve como preparación para ser adoptado.
La estancia de los niños es indefinida; pueden pasar años antes de que su situación legal se resuelva, pues los jueces se mueven con cautela en esta clase de casos. El mejor lugar en donde pueden estar es al lado de sus parientes; por eso se luchará hasta el fin para regenerar su núcleo familiar. Los niños están conscientes de ello y también los preparan para cuando tengan que partir.
PAPÁS AMOROSOS
Aunque se trata de un trabajo absorbente, las madres cuidadoras tienen su propio hogar, hijos carnales a quienes atender. Esto es para que cuenten con la suficiente experiencia y apoyen a estos chiquitines tan especiales. Un caso es el de Beatriz Betancourt, a quien en casa la esperan dos jóvenes de preparatoria. ?Mis hijos ya están grandes y eso facilita mi labor; nunca los desatiendo. Tengo que organizarme muy bien porque tengo dos responsabilidades y debo cumplir con ambas?, añadió.
La figura paterna es reemplazada por los varones de la Casa Hogar, sobre todo por el encargado del área de Psicología, Gerardo Bañales. Es común ver cómo los niños le abrazan y obedecen con gusto a sus órdenes, pues también es necesaria la disciplina.
Hay quienes le dicen papá, por lo que comenta es una gran satisfacción obsevar el progreso de los niños, que, de ser mezquinos y agresivos, cambian su personalidad positivamente. Testigo de numerosas historias de abusos sexual, físico, psicológico, Gerardo Bañales señaló que siente un cariño muy especial por todos los habitantes del lugar y su prioridad es estar a su lado, pendiente de sus necesidades y ayudarlos en todo lo posible.
La Casa Hogar del DIF Estatal Durango alberga a infantes desprotegidos para brindarles una mejor esperanza de vida.
- Su misión es lograr que cada niño y niña cuenten con las condiciones que requiere su desarrollo integral.
- El primer antecedente de esta institución data del año 1866, cuando inició operaciones el ?Hospicio San Carlos?, fundado a iniciativa de un grupo de damas distinguidas.
- En mayo de 1918 aparece el hospicio ya no con el nombre de San Carlos, sino el de Francisco Zarco.
- En 1995 se cambia el concepto de ?Internado Francisco Zarco? a ?Casa Hogar?; sin embargo, se recibía aún tanto a internos que tenían una familia, como a niños y niñas sin familia, es decir, se dio una etapa de transición donde dejó de ser guardería y se quitó el internado.
- En sus nuevas instalaciones cuenta con diversas áreas entre las que se encuentran salón de eventos, talleres, pedagogía y biblioteca.
- En el lugar trabajan cerca de 130 personas
- Actualmente atienden a 80 menores de edad
FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.