El canciller alemán, Gerhard Schroeder, fue abofeteado ayer por un desconocido, que se acercó al jefe del Gobierno roji-verde en un mitin del Partido Socialdemócrata (SPD) de la ciudad de Mannheim (oeste del país).
El agresor fue detenido por la policía y horas después fue liberado si dar una explicación sobre los motivos de la agresión en el transcurso de un interrogatorio policial, precedido de una revisión médica para ver si sufría algún tipo de trastorno psíquico, con resultado negativo.
Los hechos ocurrieron en una fiesta del SPD en ocasión de las próximas elecciones al Parlamento Europeo, el 13 de junio.
Según Steg, sólo unas pocas personas que rodeaban al canciller se dieron cuenta de la agresión y Schroeder prosiguió luego con el programa previsto para su visita a Mannheim.
En el momento de la agresión, el canciller firmaba autógrafos entre nuevos miembros de su partido, tal como acostumbra a hacer Schroeder.
Schroeder va siempre custodiado por su personal de seguridad en todas sus apariciones públicas, pero pese a ello gusta de acercarse a los ciudadanos para estrechar manos y repartir autógrafos.
En Alemania, la seguridad de los políticos suele ser discreta, pero cerrada, ya que en el pasado reciente hubo varios casos de atentados a políticos de primera línea en mítines políticos.
La Cancillería, la formación regional del partido en Baden-Württemberg y el alcalde de la ciudad de Mannheim -donde sucedió el incidente-, Gerhard Widder, presentaron ayer sendas denuncias contra el agresor, confirmó la Policía de esa ciudad.
Además, el sujeto será expulsado del SPD, partido en el que ingresó el pasado mes de febrero, según informó la formación regional.