Internacional Jeffrey Epstein Chile Israel-Palestina Donald Trump Narcotráfico

Absuelven de corrupción a primer ministro italiano

Declara un tribunal de Milán prescrito el delito por el que estaba encausado Berlusconi.

EL PAÍS

ROMA, ITALIA.- Silvio Berlusconi corrompió en 1991 al juez jefe de los juzgados de instrucción de Roma, Renato Squillante, con una transferencia bancaria de 434 mil 404 dólares. Pero el delito ha prescrito. Con esta sentencia de un tribunal de Milán, el presidente del Gobierno italiano se libró ayer al fin de un proceso que le perseguía desde 1999 y condicionaba su futuro político.

Berlusconi y los suyos cantaron victoria, pese a no haber logrado una absolución plena. “Tenía razón al sentirme tranquilo”, proclamó Berlusconi.

La oposición se mostró moderada en sus comentarios, aunque algunas voces, como la de ex presidente Francesco Cossiga y el ex fiscal Antonio di Pietro, reclamaron la dimisión.

La amenaza que durante cinco años tensó las relaciones entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial se despejó ayer con una sentencia que satisfizo al acusado, aunque no estableciera su inocencia, sino más bien al contrario.

El juez Francesco Castellano, presidente de la Primera Sección Penal del Tribunal de Justicia de Milán, consideró que Silvio Berlusconi tenía derecho a beneficiarse de los llamados “atenuantes genéricos” aplicables a los ciudadanos sin antecedentes penales.

En realidad, Berlusconi había conseguido borrar en apelación dos condenas anteriores gracias a la prescripción del delito.

En cualquier caso, su expediente estaba limpio. Por tanto, el delito de corrupción cometido en 1991 prescribía, gracias a los atenuantes, al cabo de siete años y medio, y no 15, como marcaba el código. Sin los atenuantes y la prescripción, la pena habría sido la que reclamaron los fiscales: ocho años de cárcel e inhabilitación a perpetuidad para el ejercicio de cargos públicos.

El juez Castellano sí absolvió plenamente al presidente del Gobierno de la otra acusación de corrupción en acto judicial, cometida, según los fiscales, en 1988, para lograr que un magistrado invalidara la adjudicación de la empresa pública Sme a su rival Carlo di Benedetti.

Esa acusación fue la que dio inicio a un “proceso ómnibus” que fue creciendo a medida que los fiscales investigaban las actividades empresariales de Berlusconi y éste, a su vez, utilizaba su poder como presidente del Gobierno para retrasar el juicio con recursos y leyes especiales.

“Más vale tarde que nunca”, comentó el acusado. “Tenía razón al sentirme tranquilo, en plena conciencia sabía que no había hecho nada”, añadió. “En realidad, merezco una medalla”, había dicho el día antes. “Berlusconi merece muchas medallas”, corroboraron sus abogados.

La histórica sentencia del juicio contra Berlusconi puso punto final a un proceso que mantenía en suspenso la política italiana.

Y representó, en cierta forma, el cierre de la tormenta judicial que hundió en 1993 la Primera República y destruyó a un partido, la Democracia Cristiana, que había gobernado sin interrupción desde 1946. “Tangentopolis” y “Manos Limpias” concluyeron con el claroscuro de la prescripción de un delito cometido en 1991, antes de que un grupo de fiscales milaneses destaparan el sistema de corrupción endémica que alimentaba el sistema político italiano.

Los abogados de Berlusconi anunciaron que en cuanto se hicieran públicos los razonamientos de la sentencia, dentro de los próximos tres meses, presentarían un recurso para intentar que fuera reconocida la plena inocencia de su cliente. “La sentencia nos parece casi totalmente satisfactoria y demuestra que el proceso era inútil”, comentó Nicoló Ghedini, uno de los dos defensores de “Il Cavaliere”.

Leer más de Internacional

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Internacional

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 123848

elsiglo.mx