Buenos Aires, (EFE).- Una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo logró recuperar a su nieta, nacida en cautiverio durante la última dictadura militar argentina, en lo que se convirtió en el caso número 78 de localización de hijos de desaparecidos, informó el organismo humanitario.
Se trata de Victoria Donda Pérez, de 27 años, quien se sometió a análisis genéticos por propia iniciativa para descubrir su verdadera identidad ante la sospecha de ser hija de desaparecidos durante el régimen de facto que gobernó el país entre 1976 y 1983.
La joven, hija de María Hilda Pérez y José María Donda, nació en cautiverio en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), uno de los mayores centros clandestinos de detención, y a los 15 días de vida fue secuestrada por un oficial naval, precisó la asociación Abuelas de Plaza de Mayo en un comunicado.
María Hilda Pérez estaba embarazada de cinco meses el 28 de marzo de 1977 cuando oficiales de la Fuerza Aérea la secuestraron. También tenía una niña de un año, que quedó en la casa de su abuela materna.
Tanto la madre como el padre de las niñas, que fue secuestrado unos meses más tarde, pasaron a integrar las filas de los 30 mil desaparecidos durante el régimen dictatorial, según los cálculos de organismos humanitarios.
La abuela materna, Leontina Puebla de Pérez, una de las doce fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo, comenzó la incansable búsqueda de su nieta, hasta que el 8 de octubre pasado Victoria recibió el resultado del análisis genético que le confirmó su pertenencia a la familia Donda Pérez.
Ese día, la joven habló por teléfono con su abuela y sus tíos maternos, que viven en Canadá y que en breve viajarán a Argentina para reunirse con ella.
También está en contacto con sus tíos abuelos y con su hermana, con quienes de a poco va reconstruyendo su historia familiar.
La joven ha decidido no dar información sobre su familia paterna, en parte debido a que su tío integró uno de los "escuadrones de la muerte" de la ESMA, bajo el seudónimo de "Palito" y "Jerónimo", y no hizo nada para impedir que ella fuera arrancada de los brazos de su madre.
Las Abuelas de Plaza de Mayo lograron que el Gobierno argentino creara hace más de una década un banco de datos genéticos de familiares directos de desaparecidos, lo que permite, mediante la simple extracción de sangre, determinar grados de parentesco con escaso margen de error.
Según la organización que preside Estela Carlotto, durante el régimen dictatorial fueron secuestrados unos 500 hijos de desaparecidos, a los cuales sus apropiadores les cambiaron la identidad e inscribieron como propios.